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El SPD pone fin a 38 años de gobierno conservador en Schleswig-Holstein

, El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) logró ayer una impresionante victoria en las elecciones en Schleswig-Holstein, el Estado más septentrional de la República Federal de Alemania. Con un 53,8%, el SPU, encabezado por Bjorn Engholm, consiguió la mayoría absoluta y puso fin a 38 años de gobierno de la Unión Cristiano Democrática (CDU), del canciller federal Helmut Kohl que sólo recibió el 35% de los votos.

El SPD amplió su electorado en un 8,6% frente a las elecciones de septiembre de 1987. La CDU perdió un 8,5% de los votos, y la minoría danesa (S SW) logré recuperar su único escaño. Este partido está exento de la barerra mínima del 5%.Con 45 de los 74 escaños, el SPD contará con una cómoda mayoría absoluta en el Parlamento. El partido gubernamental en Bonn se mostró ayer conmocionado por las gravísimas pérdidas en este Estado, tradicionalmente una plaza fuerte de la CDU.

Ni el partido liberal (FDP) ni el Partido de los Verdes lograron superar la barrera del 5% y, por tanto, no estarán presentes en el nuevo Parlamento de Kiel, capital de Schleswig-Holstein. El gran vencedor de estas elecciones es Bjorn Engholm, que fue ministro de Educación con Helmut Schmidt, y ha superado con su victoria todas las expectativas. Engholm es uno de los nietos de Willy Brandt, muy cercano al vicepresidente del SPD, Oskar Lafontaine.

Estas elecciones fueron una repetición de las habidas el 13 'de septiembre, en las que el SPD logró el 45,2%; la CDU, el 42,6%; los liberales, el 7,3%, y los verdes un 3,9%. Aquellos resultados habían provocado una situación de empate entre cristianodemócratas por un lado y socialdemócratas, y el único parlamentario de la minoría danesa en este Estado.

El escándalo Barsebel

Las elecciones del 13 de septiembre estuvieron totalmente dominadas por el escándalo en torno a Uwe Barschel, hasta entonces jefe del Gobierno de este Estado. Pocos días antes de los comicios, el semanario Der Spiegel sacó a la luz una insólita campaña de Barschel para desacreditar con métodos criminales y mafiosos a su principal rival, Bjorn Engholm. Con Rainer Pfeiffer, un "especialista en trabajos sucios" como jefe de prensa de la presidencia, Barschel lanzó una operación para desprestigiar a Engholm sin precedentes en la historia de la RFA.

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Desde llamadas, anónimas al candidato socialista, advirtiéndole que era portador del virus del SIDA, a la manipulación de datos de las oficinas de Hacienda para presentar una demanda anónima contra Engholm por supuesto delito fiscal y la intoxicación de medios para propagar rumores sobre su homosexualidad, Barschel organizó y dirigió numerosos actos delictivos para evitar una victoria socialdemócrata.

Acosado por la denuncia del semanario de Hamburgo y por los cada vez mayores indicios sobre sus actividades delictivas, Barschel dimitió como presidente después de las elecciones y pocos días más tarde se suicidó en Ginebra. Barschel apareció muerto en la bañera de su habitación en un hotel de esta ciudad suiza. Su muerte estuvo rodeada de misterio, ya que la familia y diversas anotaciones e informaciones de Barschel antes de morir inducían a pensar en un asesinato por motivos políticos. No obstante, las investigaciones judiciales determinaron que se suicidó con una sobredosis de medicamentos.

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