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POLICÍAS EN EL BANQUILLO

Dos policías intentaron matar al amigo del 'Nani' porque "había hablado con la Prensa", según Venero

, El joyero santanderino Federico Venero declaró ayer ante el tribunal que juzga la desaparición de Santiago Corella que dos de los policías procesados, el comisario Francisco Javier Fernández Álvarez y el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo, pretendieron asesinar a Ángel Manzano, el amigo del Nani, porque éste "se había convertido en una persona peligrosa, ya que había hablado a la Prensa". Manzano había denunciado en un medio de comunicación que el Nani había muerto en dependencias policiales. Según Venero, ambos agentes y un tercero, Adelardo Rafael Martínez García -procesado por tenencia de armas en Santander-, prepararon un engaño para probar ante un juez que el Nani estaba vivo en Francia.

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Federico Venero afirmó que. en 1984, en un viaje a Madrid, se vio en un hotel con los inspectores Gutiérrez Lobo y Martínez García, quienes le entregaron tres pistolas para que el declarante se las diese a su vez a Ángel Manzano y a un tal Miguel, del que no precisó apellido. Los policías sabían que era para cometer un atraco en la Gran Vía" y "me dijeron que querían matarle [a Manzano]", añadió Venero.Aquella misma noche el joyero cenó con Manzano y el tal Miguel en un restaurante cercano a la Plaza Mayor de Madrid, pero no llegaron a un acuerdo porque los delincuentes le dijeron que carecían de dinero para adquirir las pistolas. Sin embargo, días después se volvió a repetir la cena, esta vez sin la presencia de Miguel, y Manzano pagó a Venero 125.000 pesetas, que éste, según su declaración, entregó a los policías. El joyero también le dijo donde debía dar el golpe, en un taller de joyería de la Gran Vía.

Manzano llamó a los "cinco o seis días" a Venero y le comentó que esas pistolas "no apuntan ni a un niño", por lo que se negaba a ejecutar el atraco. Venero precisé al tribunal que le comunicó a Victoriano Gutiérrez lo que le dijo Manzano. Según la declaración del joyero, "pasados unos días" fueron a Santander el comisario Francisco Javier Fernández Álvarez y el inspector Victoriano Gutierrez, con una pistola del calibre nueve largo. Venero, se la vendió a Manzano por 100.000 pesetas.

El abogado Jaime Sanz de Bremond, acusador particular en este juicio, preguntó al testigo si le dijeron los agentes que querilan matar a Manzano, a lo que respondió Venero: "Sí, efectivamente". "Ángel Manzano se había convertido en una persona peligrosa", por sus declaraciones a la Prensa sobre el caso. Venero agregó que, descartado el atraco en Gran Vía, le encomendé, a Manzano que diera el golpe en Pamplona. El amigo del Nani finalmente desistió del atraco tras realizar varias observaciones del lugar y darse cuenta de una gran presencia policial vigilándole. Era el mes de octubre de 1984.

En otro momento de su declaración el joyero dijo que los policías prepararon una coartada para demostrar que el Nani estaba vivo en la primavera de 1984. Venero dijo: "Yo sabía que estaban preocupados; habla un juez [Andrés Martínez Arrieta] que les quería meter el marrón". El joyero dijo que Francisco Javier Fernández Álvarez, en una reunión en la que estaban presentes también Victoriano Gutierrez, Adelardo Martínez y el abogado José Emilio Rodríguez Menéndez -defensor del comisario en este juicio-, le dijo que preparara una llamada desde el sur de Francia para probar a la autoridad judicial que el Nani estaba vivo. El comisario dijo al joyero, según el testigo, que utilizara para ello a alguna persona de la confianza de la familia Corella, como era el Pardi, quien había sido uno de los integrantes de la banda del Nani.

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Una llamada

Venero le dijo entonces a Pardi que fue a Bayona y que llamase a los Corella por teléfono con el objeto de decirles que Santiago estaba vivo. Según Venero, los policías habían pedido previamente a la autoridad judicial una intervención del teléfono del domicilio de los Corella. Añadió que la operación se frustró "por horas", ya que le llamaron los policías diciendo que se habían archivado las investigaciones.

Venero se refirió a varias conversaciones mantenidas por, Fernández Álvarez y Gutiérrez Lobo, entre otros agentes, en las que éstos comentaron que el Nani había muerto en dependencias policiales. El testigo añadió que pensó que aquellas referencias se hacían "en tono jocoso" y que en ningún momento los agentes hablaban en serio.

El joyero también relacionó a Fernández Álvarez y a Gutiérrez Lobo con la venta de relojes que sirvieron para pagar una fianza del Nani. Según el testigo, el mismo compró aquellos relojes a Manzano sólo cuando los policías le autorizaron a ello.

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