Decenas de miles de profesores se manifiestan en Madrid para pedir la homologación salarial
Una numerosa representación de profesores de la enseñanza pública no universitaria que los sindicatos cifraban en 100.000 personas y fuentes de la Delegación del Gobierno en 20.000 (la Policía Municipal situó la cifra en 80.000) se manifestó ayer en Madrid durante cuatro horas por la calle de Atocha. Pese a la prohibición gubernamental, la marcha llegó hasta la sede de Educación, donde los profesores permanecieron más de una hora gritando consignas contra el ministro José María Maravall y a favor de la homologación salarial.
Un amplio dispositivo policial que no tuvo que intervenir en ningún momento, protegía la sede ministerial, que se vio asediada por grupos de manifestantes desde poco antes de las dos de la tarde, pese a que en la plaza de Jacinto Benavente, donde es taba previsto que concluyera la marcha, los actos no finalizaron hasta poco después de las tres Una de las novedades de la manifestación, que comenzó a mediodía y tuvo un carácter bastan te festivo, fue la presencia de Nicolás Redondo, Antonio Gutiérrez y José Luis Alemany, secretarios generales de los sindicatos UGT, CC OO y CSIF, respectivamente, que encabezaban las pancartas de sus formaciones.Abría la manifestación una pancarta unitaria con el lema Dignificación del profesorado es calidad de enseñanza era sostenida por los principales representantes de los cinco sindicatos (ANPE, CSIF, FETE-UGT, UCSTE y CC OO) que están llevando el peso de la negociación con el ministerio y de la propia huelga intermitente del profesorado estatal no universitario, que ayer cumplió su novena jornada y que continuará todavía hoy. El paro tuvo ayer mayor repercusión al sumarse el País Vasco. También la huelga de profesores universitarios alcanzó mayor repercusión que el pasado día 20, con una participación del 80%, según los sindicatos, y alrededor del 65%, según la secretaría de Estado de Universidades.
En la manifestación se dieron cita también sindicatos como CNT, STEC o USO, que se han mostrado partidarios de la huelga, pero no están presentes en las negociaciones con el ministerio. Quizá en respuesta a las críticas que han recibido los docentes en el sentido de que la protesta tiene un matiz meramente retributivo la mayoría de las numerosísimas pancartas que se exhibieron ayer hacían alusión a la calidad de la enseñanza y a la dignificación de la escuela pública.
Había también algunas banderas republicanas, pese a que el presidente de ANPE, Daniel Céspedes, pidió que se retiraran al comienzo de la marcha "para evitar cualquier vinculación política a este acto". Céspedes, al igual que sus compañeros del comité de huelga, Carlos Cermeño (UCSTE), Javier Doz (CC OO), Encarnación Asencio (FETE-UGT) y Victoriano Borreguero (CSIF), aparecían radiantes ante lo que consideraban un "éxito de convocatoria que sobrepasa nuestras expectativas".
A lo largo del trayecto se escucharon desde sevillanas rocieras hasta jotas aragonesas, todas con una letra similar: Los insultos contra el titular de Educación y contra todo el Gobierno, y la reafirmación de la fe de los maestros en su victoria. Así, entre los lemas más coreados podían escucharse los siguientes: Maravall dimite, la escuela no te admite, Maravall, capullo, queremos el sueldo tuyo; Vuestros aviones nos cuestan más millones, o Así, así, ni un paso atrás, esta huelga la vamos a ganar. Las mismas consignas se repitieron más tarde frente a la sede de Educación, unidas a las con-stantes peticiones de dimisión del ministro.
El cantante José Antonio Labordeta, catedrático de historia en un instituto de Zaragoza durante 21 años y actualmente en excedencia, fue el encargado de leer un comunicado final de los sindicatos en el que se hacía hincapié en el bajo presupuesto dedicado por el actual Gobierno a la Educación. En el texto se calificaba de "doloroso" el hecho de que "todo un señor ministro de Educación nos quiera presentar como gentes que trabajamos poco y ganamos bien, que se atreva a decir que trabajamos menos y ganamos igual o más que nuestros colegas europeos, que queremos cobrar más que los otros funcionarios".
Los representantes de los principales sindicatos hicieron un último intento de ser recibidos por Maravall, que resultó infructuoso. Minutos antes los manifestantes habían quemado un muñeco que representaba a un cerdo y del que colgaba el letrero señor ministro, junto a una carterita con las siglas MEC.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- José María Maravall
- MEC
- Huelgas sectoriales
- III Legislatura España
- Encierros
- Gobierno de España
- Manifestaciones
- Profesorado
- Orden público
- Salarios
- PSOE
- Seguridad ciudadana
- Protestas sociales
- Ministerios
- Legislaturas políticas
- Comunidad educativa
- Huelgas
- Enseñanza pública
- Malestar social
- Partidos políticos
- Conflictos laborales
- Centros educativos
- Relaciones laborales
- Sistema educativo
- Gobierno