Quiero responder
con estas líneas a la carta enviada por Jesús Pastor, publicada el día 15 de abril.Estimado Jesús Pastor: en principio le diré que ya he cumplido el repugnante servicio militar, y una vez terminado éste me he declarado objetor de conciencia. Con respecto a sus consejos paternales, en los que ensalza que la única vez en la vida en que se da plena solidaridad, auténtica mezcla de personas diferentes y todos haciendo lo mismo es durante el campamento militar, le diré que yo padecí plena insolidaridad, que nunca estuve hacien-
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Cartas
Viene de la página anteriordo lo mismo que el compañero que suministraba tabaco de contrabando al brigada, aunque sí comprobé la auténtica mezcla de personas diferentes, tales como mis compañeros de batallón, un buen número de heroinómanos, camellos,y delincuentes comunes. En definitiva, he pasado el peor año de mi vida, un año que quiero olvidar cuanto antes.
Señor Pastor, ¿por qué no se reenganchó usted en el Ejército? Ya que ensalza tanto sus valores, creo que nunca debió dejar el Ejército.-
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