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Takeo Kanade

Un vehículo sin conductor para circular por Marte

Milagros Pérez Oliva

Takeo Kanade es un ingeniero japonés especiaflizado en informática, apartado de visión por ordenador. Es profesor de Computer Science de la Universidad de Pittsburgh, Pensilvania (EE UU), y director de su Instituto de Robótica. Tiene 43 años y ha diseñado un camión capaz de desplazarse durante 30 kilómetros sin conductor que, dadas las leyes vigentes sobre tráfico, tiene muy poca utilidad práctica, pero muchas perspectivas de futuro. Por ejemplo, circular por Marte. Takeo Kanade trabaja ya en el proyecto Mars-Rover de la NASA, cuyo objetivo es llevar a ese planeta un vehículo autónomo capaz de recorrer su superficie y recoger muestras para ser analizadas.

Es muy minucioso, casi detallista, y suple sus dificultades de expresión en inglés con un lápiz y un papel sobre el que dibuja todo lo que dice. Antes de ser ingeniero infórmático trabajó en papirología, disciplina que le ha sido de una gran utilidad en su trabajo como informático."El primer problema era averiguar cómo a partir de la imagen bidimensional de un dibujo una fotografia reconstruye el cerebro humano una imagen tridimensional e identifica el objeto". Abordó el problema planteando "qué cosas dibujadas se pueden imaginar", y más precisamente "qué características han de tener los objetos y cómo han de presentarse para poder ser identificados como tridimensionales".

Acabó descubriendo qu "una misma imagen bidimensional puede dar lugar a diferentes imágenes tridimensionales" y llegó a construir el modelo negativo de una silla. Takeo Kanade que visitó recientemente Barcelona para participar en una jornada sobre robótica en el Museo de la Ciencia, intenta explicar que es una silla que parec que existe, pero no existe y tampoco es un efecto óptico. La visión no es nada sin información adicional, por ese, dice que su camión, puesto en la Gran Vía de Barcelona, no tardaría ni un minuto en estrellarse. En cambio, en un medio más controlado, como el patio de la universidad donde trabaja, puede circular a una velocidad de dos kilómetros por hora y, sortear obstáculos gracias a un complejo sistema de ordenadores, sensores, cámaras de televisión y aparatos de rayos láser.

Sus dos hijos, de 12 y 7 años, están fascinados con el invento de su padre, pero saben que no es un juego. Que el proyecto es llevar a Marte un aparato similar. Takeo Kanade sabe también que la subvención del Departamento de Defensa al proyecto no es inocente, pero dice que los científicos trabajan para el uso pacífico de la técnica. No se le escapa, sin embargo, que un vehículo sin conductor puede tener importantes misiones bélicas.

Él es un científico japonés que abandonó en 1980 su país porque la oferta profesional que recibió le pareció muy interesante. Y dice que los norteamericanos no le han fallado. Han puesto en sus manos todos los medios y un proyecto de la máxima importancia para el país. "Esto es lo que más me admira de Estados Unidos", explica, "que una vez que te instalas allí, eres uno más de los suyos y te llegan a confiar los asuntos más delicados. Eso en mi pais sería impensable".

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