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Entrevista:

"La Expo costará sangre, sudor y lágrimas", según el alcalde de Sevilla

El alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, de 48 años, es consciente del escepticismo que existe en esta ciudad sobre los grandes proyectos anunciados con motivo de la Exposición Universal. de 1992, aunque reitera que la muestra puede ser un magníl5co instrumento para transformar Sevilla. Del Valle advierte, sin embargo, que la Expo es una gran aventura urbana y, como tal, costará "sangre, sudor y lágrimas". También tendrá efectos negativos. El seguro encarecimiento del nivel de vida y las molestias al vecindario por las obras serán, dice, "un precio que hay que pagar".Entre sus principales preocupaciones existe una, relacionada al desarrollo de la Expo.sición Universal de 1992. Esta preocupación no es otra que conseguir la conjunción y coordinación de todas las obras que se están haciendo en Sevilla.

Pregunta. ¿Piensa que esa preocupación del alcalde coincide con la de los sevillanos?

Respuesta. Yo espero que sí. Porque todo el mundo habla de la exposición universal como si fuera una panacea o la solución para todos los problemas de la ciudad. Sin embargo, yo creo que va a ser un medio, un instrumento para sacar a la ciudad del impasse en que estaba inmersa. Depende de cómo utilicemos ese instrumento, la ciudad resurgirá de la situación en la que se encontraba o seguirá igual".

P. Da la impresión de que en Sevilla preocupa menos la exposición que otros problemas más cotidianos: la inseguidad ciudadana, por ejemplo. ¿Comparte esta impresión?

R. Tendría que abordar este problema desde dos aspectos fundamentales. Uno es que, evidentemente, existe un problema de inseguridad ciudadana. Eso sería absurdo desconocerlo. Ahora bien, también recomendaría que se contemplara el problema en cifras comparativas con otras ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga para saber dónde estamos realmente en cuanto a niveles de inseguridad. Y eso no es ningún consuelo.

Efectos negativos

P. No obstante, la Expo tendrá efectos negativos inmediatos, empezando por un encarecimiento del nivel de vida o las molestias que causarán al vecindarios las obras.

R. Eso es un precio que hay que pagar.

P. Al comenzar las obras del metro de Sevilla, uno de los técnicos dijo que el proyecto iba a costar sangre, sudor y lágrimas. ¿Podría aplicarse la misma frase para la Expo?

R. Yo creo que todas las grandes aventuras urbanas, y la Expo lo es, cuestan sangre, sudor y lágrimas. Lo que hace falta es que, al final, a esas grandes obras se les sepa sacar la rentabilidad suficiente.

P. ¿En qué fecha estará terminado el metro?

R. Pues cuando aquellas administraciones que tienen que juzgar sobre su rentabilidad, oportunidad y necesidad decidan que es oportuno, que es necesario y que hay que hacerlo.

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