Argentina vive la undécima huelga general de la era Alfonsín

La República Argentina vivió ayer una jornada de paro nacional, la undécima desde que se produjo el retorno a la democracia en 1983, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), para protestar contra la política económica del Gobierno de la Unión Cívica Radical (UCR), que preside Raúl Alfonsín.

Los días de paro en señal de protesta por la crisis son ya algo casi ritual en Argentina aunque no tanto como las cifras de deterioro de economía. La inflación en marzo alcanzó el 14,7% y las perspectivas para este mes son similares. La caída del nivel de vida ha provocado un estado de frustración colectiva.El tema más frecuente de conversación es la crisis, el desastre de los servicios públicos y todo un cuadro que se define con el concepto de latinoamericanización de un país que se jactaba de tener niveles de vida similares a los desarrollados.

El paro de ayer de la CGT se cumplió con bastante amplitud, sobre todo en sectores de transporte y servicios públicos. Buenos Aires parecía ayer en muchos momentos una ciudad dominguera, pero hoy recobrará la normalidad. Más grave que el paro de ayer es la huelga de maestros, que dura ya un mes y ha dejado sin escuela a los niños de las clases más populares, porque los de los colegios caros no están afectados.

El paro general de ayer adquirió ya una cierta connotación política con la intervención del precandidato peronista a la presidencia, el gobernador de Buenos Aires Antonio Cafiero, en las cadenas de televisión, donde apeló a seguir el llamamiento a la huelga de la CGT.

El presidente Alfansín había condenado el paro el pasado domingo, en un discurso pronunciado en Córdoba, cuando dijo: "Estamos cansados de paros generales". En su mensaje en televisión, que se difundió como espacio pagado, Cafiero acusó al Gobierno de atender "más a las presiones de afuera que a las necesidades del propio pueblo".

La consigna de la CGT para el paro fue: "Para que nuestros hijos puedan comer y estudiar". Una frase muy repetida hoy día en Argentina es: "¿Quién nos iba a decir que en este país se llegaría a pasar hambre?".