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Una profesora de química provoca un conflicto político en la dirección del PCUS

Pilar Bonet

, Una profesora de química de Leningrado firmante de una apasionada defensa pública de Stalin ha provocado un conflicto político en la dirección del PCUS y le ha valido una amonestación del Politburó a Egor Ligachoy, el número dos de la jerarquía soviética, según afirmaron a esta corresponsal fuentes bien informadas. Nina Andreeva, la profesora en cuestión, recibió una página entera del periódico Sovietskaia Rossia para publicar el artículo No puedo renunciar a los principios, considerado hoy como un manifiesto conservador en medios de la intelectualidad moscovita.

En el artículo se elogia la figura de Stalin utilizando para ello testimonios de Churchill y De Gaulle, cuya autenticidad es puesta en cuestión en medios historicos soviéticos. Según Andreeva, Churchill, "educado en el Parlamento inglés", se confesaba incapaz de "oponer nada" a Stalin, un "hombre de extraordinaria energía y erudición e inconmovible fuerza de voluntad, cuya influencia en la gente era irresistible"."Bien quisiera comprender para quién y para qué es necesario" escribía Andreeva, "que cada dirigente del Comité Central del Partido y del Gobierno soviético sea comprometido y desacreditado, después de haber de ado su puesto, por sus faltas reales e imaginarias cometidas al revolver los más complicados problemas en los vericuetos de la historia".

Andreeva criticaba a Mijail Chatrov, autor de polémicas obras históricas sobre Lenin los primeros años después de la revolución, y condenaba el "liberalismo de izquierdas", a su juicio, "la corriente ideológica más caudalosa" revelada por la perestroika. Esta incidencia falsifica, según Andreeva, la historia del socialismo, presentándola como una serie de "faltas y delitos". La profesora vinculaba "liberalismo de izquierdas" con "cosmopolitismo" y "trotskismo" al tiempo que hacía unas claras alusiones antisemitas y criticaba la mayor permisividad para emigrar de la URSS.

Los ataques a la "dictadura del proletariado" y a la dirección estalinista vienen no sólo de los "liberales de izquierda orientados hacia Occidente", sino también de sectores "tradicionalistas y neoeslavianáfilos" que, según Andreeva, arrastran concepciones nostálgicas sobre el zar, la religión, el misticismo ruso y las antiguas comunidades campesinas.

Apoyo de Ligachov

"No puedo renunciar a los principios", se publicó el 13 de marzo, y hasta ayer no había sido contestado por otros medios soviéticos, pese al revuelo suscitado por su publicación en ambientes políticos moscovitas. Sovietskaia Rossia, órgano gubernamental de la República Federada Rusa, se ha distinguido últimamente por sus artículos de tono conservador con tintes antisemitas.Fuentes soviéticas informaron que el periódico recibió inicialmente una carta de Andreeva que, enseñada a Ligachov, fue entusiásticamente apoyada por éste con ayuda de un enviado especial de la redacción a Leningrado, Andreeva convirtió su carta en un extenso artículo. Ligachov dio orden de difundir el texto resultante a la Prensa de provincias y elogió su contenido en una reunión con redactores jefes de publicaciones soviéticas mantenido durante la ausencia del líder Mijail Gorbachov y el responsable de cultura, propaganda e ideología, el miembro del Politburó Alexandr Yakoviev.

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Ligachov ha tenido que afrontar, sin embargo, las consecuencias de su iniciativa por libre. El Politburó del PCUS, en su sesión del 24 de marzo, ha criticado su comportamiento, y Yakioviev, en un discurso pronunciado en la academia de Ciencias Sociales del Comité Central, ha criticado el artículo de Andreeva, según medios bien informados. Por su parte, un grupo de destacados escritores soviéticos debatió el artículo en cuestión la semana pasada en Moscú y acusó directamente a Ligachov de estar detrás de él. Amdreeva fue considerada aquí como el testaferro de un lobby conservador en proceso de tanteo de cara a la conferencia extraordinaria del PCUS.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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