"Somos de aquí y aquí nos quedamos dice el hijo del general asesinado

Alrededor de 1.500 personas acudieron ayer a la iglesia de Santa María de Salvatíerra (Álava) a la celebración de los funerales por el general retirado del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos del Ejército del Aire Luis Azcárraga Pérez-Caballero, de 82 años, asesinado por ETA el pasado domingo poco después de las 13.30. Luis Azcárraga recibió cuatro disparos a bocajarro, dos de ellos en la nuca. Unas horas antes del funeral, su hijo Álvaro Azcárraga aseguró que su padre no había recibido amenazas de ningún tipo, "aunque tampoco las hubiéramos aceptado como tal. Somos de aquí y aquí nos quedamos", dijo.La banda militar del campamento de Araca (Álava) rindió honores al féretro cuando poco antes de las seis de la tarde fue trasladado desde la casa palacio de los Azcárraga hasta la iglesia. En el acto participó un grupo de generales de la promoción del asesinado. El lehendakari, José Antonio Ardanza, que decliné hacer cualquier tipo de valoraciones, abandonó la capilla ardiente instalada en la casa de la familia 40 minutos antes de la celebración de la misa funeral, sensiblemente emocionado.

El sepelio fue oficiado por el párroco de la localidad, Juan Cruz Arberas. Al acto asistieron, entre: otros, el ministro de Defensa, Narcís Serra; el consejero de Inteirior del Gobierno Vasco, Luis María Retolaza; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Julert Elgorriaga, y el presidente del Parlamento vasco, Jesús Eguiguren.

Una vez finalizada la misa, las autoridades políticas y militares acompañaron el cadáver del general Luis Azcárraga hasta el cementerio de Salvatierra, donde fue enterrado en el panteón familiar.

Poco después, el ministro de Defensa, en improvisada conferencia de prensa, aseguró que en la política del Gobierno contra el terrorismo no hay fisuras.

"El Gobierno", dijo Serra, .ofreció contactos en un determinado momento, y está claro que los terroristas de ETA demuestran que quieren continuar asesinando, y asesinando ancianos".