Las argucias de la delincuencia

Alrededor de 275 policías son los encargados directos de controlar la delincuencia en el centro. La Policía Municipal ha creado una sección especial, compuesta por 90 agentes, expertos en artes marciales, buenos tiradores -uno de ellos mató de un disparo, el 15 de marzo, a Carlos Sanjosé, un pistolero que minutos antes había matado a un colombiano en la calle de la Ballesta- y con sangre fría. La comisaría de Centro cuenta con 175 agentes, de los que más de 100 se dedican a callejear y atajar la delincuencia en la medida de sus fuerzas. Policías que conocen a la perfección los diversos tipos de antros, burdeles, y lugares claves, amén de conocer al dedillo la vida y milagros de muchos de los personajes que pululan en la noche.Si los policías saben como se manejan los delincuentes, éstos son verdaderos expertos en las triquiñuelas legales, como lo camellos que sólo Hevan encima un par de papefinas, para poder aducir que son de consumo propio en caso de detención, o el caso de aquélla mujer que admitía sin problemas haber robado en unos almacenes, pero se atrincheraba en que el valor de lo robado no superaba una cierta cantidad, para que el delito tuviera la consideración de menor.

Los vecinos tienen la impresión de que la policía ha tirado la toalla. Al margen de las posibles connivencias que puedan darse entre algunos agentes con la delincuencia -los vecinos conocen perfectamente a policías que están vinculados con prostitutas, o bares a los que se puede denunciar y a los que no merece la pena-, lo cierto es que la fuerte presencia policial no consigue atajar la sensación de peligro real que se siente al recorrer las calles por la noche. "Muchos de ellos son buenos policías, y de vez en cuando se consiguen etapas de cierta tranquilidad, pero en seguida vuelve la cosa como estaba", afirmó otro vecino.