La mascota no gusta a la mayoría de los españoles
La mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, diseñada por Javier Mariscal y presentada el martes, produce una división de opiniones, aunque inclinada del lado crítico. Son menos, en una proporción de tres a uno, los que están a gusto con ella, según un sondeo realizado para EL PAÍS por el Instituto Demoscopia. La actitud crítica es más frecuente en Barcelona que en Madrid o Valencia. Para el 47% de los encuestados, no vende al extranjero la imagen de una España moderna. Sin embargo, mi 50% está convencido de que, con el tiempo, la gente se acostumbará al polémico diseño.
La polémica mascota de los Juegos Olímpicos de 1992 ha conseguido ya la atención de la mayoría del público. Casi dos de cada tres españoles (62%) han visto la figura del perro de Mariscal en la Prensa o la televisión. Un 20% adicional ha oído hablar de ella. En otros términos, puede decirse que sólo queda uno de cada cinco adultos que no tiene noticia de este polémico asunto. [El presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, declaró ayer a Europa Press que a él le parece "simpática y divertida". "Además, me complace porque sé que gusta a jóvenes y niños", matizó.]Como parece lógico, el recuerdo de haber visto la figura del perro es más frecuente en las capitales (71% frente al 55%). Lo más destacable en este aspecto es el altísimo grado de recuerdo de Barcelona (81%) y el extremadamente bajo de Valencia. Una probable explicación de esta opinión valenciana podría estar, como sugieren los demás -indicadores del sondeo, en un sentimiento de especial simpatía por la obra de Mariscal y de alineamiento de identidad colectiva en el conflicto que hubo hace algunas semanas a raíz de las declaraciones de este autor sobre Cataluña. Resulta sintomático que sea precisamente en Valencia, con una mayor desinformación sobre la mascota, donde hay mayor proporción de simpatizantes del perro. De acuerdo con esta hipótesis, una forma de no comprometerse de entrada con tan debatida cuestión sería rehusar a mostrar que se tiene información sobre el fenómeno.
Barcelona, en contra
Aunque hay una división de opiniones, la mascota, en general, no gusta (el 56% de los españoles expresa una valoración reticente o crítica y sólo el 18% emite una opinión positiva). Es decir, en el conjunto nacional predominan quienes dicen que el perro de Mariscal no les gusta en una proporción de 3 a 1. Ésta llega a ser casi de 4 a 1 en el conjunto de las capitales y de 3 a 1 en Barcelona, pero de 2,5 a 1 en Madrid y de tan sólo 1,5 a 1 en Valencia. Es decir, si nos fijamos solamente en las tres grandes capitales del país encontramos el más bajo grado de aceptación de la mascota precisamente en Barcelona (donde, como se recordará, Mariscal fue objeto recientemente de una intensa polémica) y el más alto, en cambio, en Valencia (región de la que es oriundo el diseñador). Madrid manifiesta un nivel de agrado / desagrado básicamente similar al del conjunto nacional.
Es de destacar en este contexto el hecho de que un 55% de los entrevistados en Valencia no responda a la pregunta. Este elevado nivel de no respuesta, muy superior al que se registra incluso en los municipios no capitalinos (donde alcanza sólo el 30%) y que se obtiene asimismo en. niveles similares (cerca del 50%) en las restantes preguntas de: este sondeo, parece indicar la existencia de una clara voluntad entre los valencianos de evitar tomar partido.
La opinión aparece dividida respecto a la pregunta de si habría preferido una figura más clásica o realista. La división se produce básicamente en dos campos de tamaño similar, aunque, en todo, son más en el conjunto nacional quienes hubieran preferido un diseño más clásico (43%) que quienes se muestran conformes con la opción de tipo moderno escogida (33%). Fijando la atención, una vez más, en las tres grandes capitales, tenemos que en Barcelona Predominan levemente (43% frente a 39%) los partidarios de un diseño más clásico; en Madrid (38% frente a 36%), los partidarios del diseño escogido, mientras que en Valencia predominan, en proporción de dos a uno, quienes dicen que les parece bien la elección del diseño de Mariscal.
También se dividen las opiniones respecto a si la mascota transmite la imagen de una España moderna, aunque una mayoría piensa que no (el 47% frente al 35% que opina lo contrario). La división de opiniones produce casi empate en Madrid (43% a favor y 46% en contra), pero se inclina dl lado negativo en Barcelona, en el conjunto de las capitales de provincia y en el resto de los municipios. Sólo Valencia constituye una excepción a la regla: aunque casi la mitad de los ciudadanos, como se ha visto antes, no responde la pregunta, los que responden se pronuncian casi unánimemente a favor de la figura de Mariscal. La proporción favorable es de 4 a 1 (el 40% defiende la mascota como banderín de la España moderna frente al 12% que piensa de otro modo).
"¿Se acabará acostumbrando la gente a la polémica mascota con el tiempo?". Parece que sí. Una mayoría semejante a la que expresa disgusto con la figura del perro de Mariscal piensa que la gente se acostumbrará a esta mascota (50%). Una de cada tres personas, por el contrario, cree que los gustos no cambiarán.
Como en otros aspectos del sondeo, la opinión se muestra particularmente favorable en Valencia (43% frente a 8%), mientras que en los demás medios analizados la división de opiniones tiene perfiles parecidos: entre un 40% y un 50% de la gente piensa que la mascota acabará gustando y entre un 30% y un 40% opina que no.
Ficha técnica del sondeo
Realizado por el Instituto Demoscopia, SA, sobre una muestra nacional, incluidas Baleares y Canarias, de 800 personas mayores de 18 años y ambos sexos en municipios con más de 2.000 habitantes (abarca el 92% de la población española). Nivel de confianza del 95,5% y error de ±3,5 para datos globales. Selección final de los entrevistados en el domicilio por el sistema de rutas aleatorias cumplimentando cuotas de sexo y edad. Las entrevistas se realizaron los días 17 y 18 de marzo.
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