Carlos Herrera
Creador cínico-cultural del programa 'Coplas de mi ser'
Ser hijo de la emigración almeriense a Cataluña y de la cultura del cubata ha marcado inevitablemente a Carlos Herrera con una mirada distante y a la vez sensible para reflejar el mundo que le rodea a través de su labor radiofónica. Fruto de ello es Coplas de mi ser, que diariamente lanza al aire desde la cadena SER, de diez a once de la noche. Un programa premiado con el Ondas y seguido con entusiasmo, "tanto por marujonas como por intelectuales". Herrera tiene 30 años y un físico de galán pasado por Groucho.
Cree que la vida no es muy distinta de la letra de Ojos verdes o Cárcel de oro, y seguramente éste es su secreto: contarla utilizando las coplas para los que también sienten que cada día se compone de planteamiento, nudo y desenlace. Lo hace con un sutilísimo humor que le permite trabajar con segunda lectura, como dice él: "Para la gente a la que le gusta Marifé de Triana y para quien desee entrar en el juego de la ironía y de la España racial, que todavía no sé si me la quiero cargar o quiero ensalzarla. Para porteras, que es lo que yo soy, muy portera, y para gente como Fernando Savater, que sé que disfruta mucho con mi programa, o como Guillermina Motta, que me telefonea para contarme que ha descubierto nuevas canciones. Y para alcaldes del PCE, y secretarias del ente autonómico. Es decir, la España real".Carlos Herrera reivindica el derecho a hacer radio "sólo si me divierte y me permite ejercitar mi cinismo y mi ternura". Empezó en Mataró, su ciudad natal, a los 20 y pocos años cuando volvió del servicio militar y, Luis del Olmo dictaminó, tras examinarle, que "muy bien, Carlos". Allí hizo un programa "que se llamaba La música, tú y yo, o algo por el estilo, y que era muy cursi", sonríe, desactivando el calificativo de su carga negativa. En el fondo, la fórmula de Carlos Herrera ya estaba en embrión en sus primeros pasos, y más adelante empezó a cuajar en programas como La gran aventura y Caperucita y el lobo, en Radio Miramar de Barcelona, junto a José Manuel Parada y en Al borde de la cama, ya en Radio Madrid, con Antonio Guerrero como productor y coguionista, "mi otro yo", que dice él.
Un día le llamó su jefe y le dijo: "Tenemos una hora vacía de diez a once de la noche. Llénala". Él respondió: "Voy a poner a Concha Piquer". "Hazlo". "Trabajé como un mulo, pero lo hice en dos días, porque lo tenía todo entero dentro de mi cabeza". Así nació Coplas de mi ser, con Guerrero arrimando también el hombro. El programa, que ganó un premio Ondas el pasado septiembre, ha sido contratado por Televisión Española. "También me han pedido que presente Sábado noche". Y, por supuesto, piensa hacerlo a su manera y con Antonio Guerrero en el guión: "Introduciendo el guiño en la presentación, para quien quiera enterarse".
Cínico y sentimental, Carlos Herrera posee otra característica a la que no desea renunciar: su barcelonismo crítico. "Yo defiendo la Barcelona mía, cosmopolita, europea, vanguardista; la Barcelona de las tertulias y la inteligencia, que no pertenece a esa Cataluña de ahora que le pone microchips al salchichón de Vich. Hay muchas formas de ser catalán, y la mía no desdice de la de los demás. No puedo olvidar que, por educación y por lenguaje, soy también andaluz, pero no permito que nadie me dé el carné de catalán".
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