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Thatcher se niega a investigar la muerte de los tres activistas

ENVIADO ESPECIAL, La primera ministra británica, Margaret Thatcher, negó ayer, en una sesión de interpelaciones en el Parlamento, la posibilidad de que su Gobierno vaya a realizar una investigación especial sobre la actuación de los agentes del SAS que el domingo mataron a tiros a tres terroristas del Ejército Republicano Iralandés (IRA) en Gibraltar. La apertura de una investigación había sido solicitada por el diputado David Owen, del Partido Social Demócrata.

Mientras, la oposición laborista ha matizado su inicial apoyo al Ejecutivo de Thatcher en esta cuestión y ha comenzado a hacer hincapié en "la mucha confusión" que existe sobre el desarrollo real de los acontecimientos. De su lado, el Gobierno de Dublín se mostró "gravemente perturbado por la muerte de tres irlandeses desarmados" y el primer ministro, Charles Haughey, manifestó que el disparar sobre civiles desarmados es inaceptable para su Gobierno y debería serlo para todos los gobiernos.

[La primer ministra británica envió ayer un telegrama al presidente del Gobierno español, Felipe González, en el que le agradece la colaboración prestada por la policía española en el descubrimiento del comando del IRA, según informa Efe].

Por su parte, el IRA pidió ayer a sus simpatizantes en un comunicado público que mantengan la calma, no creen disturbios en Belfast y acudan masivamente a los funerales de los tres activistas muertos. Existen planes para recibir los tres féretros en Dublín, y transportarlos desde la capital irlandesa, por carretera, hasta Belfast, en lo que se pretende sea una gigantesca operación de ensalzamiento del fervor nacionalista en toda la isla.

Disturbios

En la noche de ayer se reprodujeron los incidentes ya producidos de madrugada, en los que varias decenas de vehículos fueron quemados en el oeste de Belfast. El ejército llegó a disparar por la tarde en la misma zona. Los disturbios producidos como reacción al reconocimiento gubernamental de que no había ninguna bomba en Gibraltar, alcanzaron su máxima gravedad cuando decenas de cócteles molotov fueron arrojados contra las fuerzas de seguridad que patrullaban el oeste de Belfast, al tiempo que los manifestantes pegaban fuego a unos 30 coches, camiones y autobuses. Los tres miembros del IRA muertos en la colonia británica procedían de esa zona, un feudo del nacionalismo extremista.

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Estos incidentes, producidos en áreas que prácticamente marcan el límite de la ciudad fueron desautorizados por el Sinn Fein (Nosotros Solos, en gaélico), el brazo político del IRA.

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