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Campaña en EE UU para evitar pruebas médicas innecesarias

El exceso de pruebas a que los médicos norteamericanos someten a sus pacientes está dando origen actualmente a una campaña a favor de restringirlas a su justo término. Hace 50 años, cuando un médico norteamericano encontraba alguna anomalía en un paciente, lo único que podía hacer era elaborar conjeturas. Hoy en día, los médicos acuden a la ayuda de unas 1.500 pruebas, muchas de las cuales se practican con disparatadas tecnologías. En Estados Unidos se manejan más de 10 billones de pruebas anualmente, que cuestan de 100 a 150 billones de dólares y que representan un dólar de cada tres de los 450 billones del presupuesto sanitario.El problema ha inducido a que el Gobierno federal, la institución médica y la industria privada examinen el tema de forma mucho más crítica. El pasado abril, Blue Cross Blue Shield, la mayor aseguradora privada de salud de lanación, editó por primera vez en la historia una guía a seguir con el propósito de que los médicos eliminen pruebas innececesarias. La guía recoge 14 de las más corrientes pruebas de diagnóstico, incluyendo los rayos X de pecho, los electrocardiogramas y los análisis de sangre.

El pasado octubre la administración financiera de la sanidad que dirige el programa médico comunicó que propondría hacia finales de año un plan al Congreso para identificar a aquellos doctores que ordenan demasiadas pruebas. El objetivo es alejar de este tipo de médicos a los 31 millones de beneficiarios.

Magnitud del problema

Nadie conoce la magnitud del problema. Existen grandes desacuerdos sobre cuándo se deberían hacer pruebas en determinados pacientes y cuándo serían de utilidad o río. Un creciente número de estudios en los últimos años indica que del 20% al 30% de las pruebas son innecesarias e inadecuadas. Uno de los estudios más a tener en cuenta fue el llevado a cabo por unos investigadores de la corporación Rand de Santa Mónica (California), que se publicó el 13 de noviembre en el Diario de la Asociación Médica Americana. El estudio demostró que, en 1981, uno de cada seis pacientes a los que se les había hecho angiografías-radiografía arterial- no la precisaban, y otros tantos sufrieron sin necesidad endoscopias (exploración de estómago e intestinos).

Se han llevado a cabo otros muchos estudios que llegan a conclusiones de mayor severidad. Por ejemplo, un estudio en 1985 de 2.000 pacientes hospitalizados para operárseles demostró que el 60% de los 20.000 rutinarios análisis de sangre que se les había hecho no habían sido justificados médicamente. Un estudio en 1984 demostró que los médicos de EE UU ordenaban hacer rayos X ocho veces más que sus colegas británicos, a pacientes con hipertensión.

En un reciente sondeo de la Asociación Médica Americana (AMA), el 75% de los médicos admitió que ordenaban más pruebas de las que eran estrictamente necesarias.

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