Kattarina o la sensualidad en patinaje artístico
Kattarina Witt es de la RDA y por ello no es raro que haya sido campeona olímpica en Sarajevo 84, tres veces campeona mundial y seis de Europa, la última recientemente en Praga. Sin embargo, se aleja de la imagen que se tiene de las deportistas de su país, y tampoco sus compatriotas dicen cosas como esta: "La sensualidad forma parte de nuestro deporte".Kattarina Witt es, sin duda, la reina de la belleza en los Juegos. Y también puede serlo de la calidad. Su actuación hoy en los ejercicios libres de la final olímpica de Calgary, será, sin duda, uno de los momentos cumbre de los Juegos. Su gran innovación ha sido su forma de explotar su atractivo.
"El patinaje", dice Kattarina, "ha evolucionado mucho en los últimos años gracias ala televisión. Es preciso gustar y seducir. Llegar a ser amada por el público gracias a una música bonita y a una creación de movimientos que parezcan una auténtica obra de arte. Y por eso todo debe ser cuidado con el máximo detalle: los vestidos, el peinado, el maquillaje. Este deporte hace resaltar la feminidad de las participantes. ¿Por qué no voy a hacer lo necesario por aparecer lo más bella posible?
Witt ha escogido la música de Carmen para sus actuaciones desde hace un año, porque le interesa su drama y su sensualidad, naturalmente. Tras Calgary, Kattarina sólo disputará una competición más, los próximos Mundiales de Budapest. Si gana en la cita olímpica, habrá sido la primera que consigue dos títulos consecutivos, únicamente por detrás de la mítica noruega Sonja Henie, vencedora en tres (1928, 1932 y 1936). ¿Después? No lo sabe o no lo quiere decir. El Holiday on Ice le ha ofrecido 200.000 dólares (unos 23 míllones de pesetas) por su fichaje. En Calgary, Katarina no quiso confesar el secreto ya público de que tiene un compromiso con Ingo, el batería de un grupo de rock de Berlín Este. Tal vez él le inspiró el traje de cuero negro, el más atrevido que ha usado, patinando con un fondo musical de Michael Jackson. Pero los jueces no osan sancionarla. "Ella sola salva el patinaje femenino", dijo el presidente de la federación internacional. Incluso, en una exhibición, su vestido era tan escotado que se le salió un pecho. Algo impensable, una Sabrina de la RDA.
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