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Jóvenes conservadores

Las promesas de preferencias políticas y de mejoras sociales que durante mucho tiempo mantuvieron tranquila la maquinaria de los jóvenes conservadores, y que engrasaron la pendiente de muchos jóvenes ambiciosos, desde Harold Macmillan hasta Margaret Roberts, ya no sirven. Los militantes que coparon la Federación de Estudiantes Conservadores (FEC) desconfían de Oxford por su blandura y esnobismo, y han puesto sus considerables recursos al servicio de la candidatura de Andrew Tinney.La juventud conservadora libertaria habla con un acento completamente nuevo, el de la clase trabajadora. Los miembros de la FEC solían llevar una caricatura de vestido de clase media, pero sólo para excitar a sus oponentes de extrema izquierda en la Universidad. Muestran tal confianza social, que los conservadores de la vieja guardia se sienten incómodos. Los jóvenes dicen que la derecha era una causa tan impopular que han aprendido a ser duros, dialécticos y organizados.

Es la primera vez que el partido de la familia ha tenido que enfrentarse a tantos adolescentes ruidosos y odiosos, fijados en las modas y caprichos intelectuales de Estados Unidos. Los sentimientos juveniles de injusticia e importancia de sí mismos se han reforzado mucho, y sus mayores bien pueden suspirar por la época en que la rebelión de los jóvenes conservadores sólo significaba algunas botellas más de champaña.

, 17 de febrero

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