El disco
Durante meses y meses pervive una sección en Radio Nacional que cada hora, tras el boletín informativo, emite un disco. El disco es siempre infame. En tiempos pasados se oía la voz de una señorita falsamente alegre, notoriamente avergonzada, que decía: "Y, ahora, un disco".Los promotores de la idea y los propios realizadores vienen mostrándose tan empeñados en ofrecer esa pieza como un plus, una propina para el oyente leal, que duele hablar mal del resultado. Pero es difícil suponer que podrían recibirse bien unas melodías escogidas por un criterio estético tan malogrado. Quizá la aprobación de la idea estuvo guiada por el propósito de compensar el tono circunspecto del boletín informativo o para aliviar algunas inquietudes producidas por la actualidad mundial. Puede ser incluso que la benevolencia de quien promoviera este espacio llegara a confiar en que de una vez por todas había encontrado la manera de aligerar la vida de la nación. Lamentablemente, el efecto ha sido distinto.
En la actualidad ya no se escucha la salmodia de la mujer avergonzada anunciando que ahora van a poner el disco, tal como si los radioyentes no oyeran un disco en su vida o sufrieran un patológico anhelo por la canción-regalo, comparable a la ansiedad de los adictos. Lo que hacen ahora en RNE es, sin más, comentarlo un poco y darle paso, pero el criterio es igualmente atrabiliario. Dicen, por ejemplo: "Un conjunto alegre y popular, de raíces flamencas y tono urbano, que recuerda a Los Chunguitos". Y ponen una canción de otros llamados Los Cholos. A Los Cholos, que tienen grabados dos singles o una cosa así, les han radiado prácticamente toda su obra en los tres últimos días. No es un caso único. Ayer, después de comer, emitieron una creación del grupo salsero colombiano Truco, titulada El bananero, que decía, entre otras frases: "Bananero soy yo, bananero me voy. Bananero me voy de Colombia a Nueva York". Puesto que, en general, cogen desprevenido al radioyente, difícil tomar más notas.
