La FAO atraviesa una profunda crisis económica

La FAO, la organización de las Naciones Unidas que se encarga de los problemas de la alimentación y de la agricultura del mundo, está en profunda crisis económica. Lo ha confirmado el director general, el líbanés Edouard Saouma, frente a los representantes permanentes de la FAO, convocados urgentemente.

La causa de dicha crisis económica que ha constreñido a la FAO a comenzar el año con una deuda de 35 millones de dólares se debe en parte a la bajada de la moneda norteamericana, ya que dicha organización hace casi todos sus pagos a los 4.000 empleados en liras italianas, pero sobre todo al hecho de que Estados Unidos, cuya cuota representa el 25% del total de los demás países acreditados, lleva sin pagar desde 1986. Eso ha hecho decir gráficamente al director Saouma que la "FAO es un rehén en manos de Estados Unidos". En efecto, hasta este momento EE UU tiene una deuda con la FAO de 132 millones de dólares, que supone más del 50% del balance total de la organización para 1988.

Pero, además de Estados Unidos, hasta este momento todavía no ha pagado la mayor parte de los países miembros, entre ellos España, aunque se trata, al parecer, sólo de problemas burocráticos. No así para Estados Unidos, que condiciona el seguir cotizando a que la FAO se reestructure completamente, aunque no específica en qué debe consistir dicha reforma.

En la reunión de Saouma con los representantes permanentes, el clima, al parecer, fue más bien tenso. Muchos de los representantes de los países del Tercer Mundo atacaron duramente al representante norteamericano, Eckert, llegando, como en el caso del representante de Nicaragua, a palabras más bien duras.

Sin embargo, Eckert se mantuvo en las suyas, sin dar ninguna esperanza por el momento, y alguien comentó que daba la impresión más bien de que se sentía casi halagado por el hecho de que la FAO dependa en este momento de su país.

Apoyo europeo

Junto con Estados Unidos, también Canadá se ha hecho la remolona y no ha confirmado si pagará o no su cuota. Al revés, los principales países europeos, la República Federal de Alemania, Francia, Reino Unido, Dinamarca y la misma España, han confirmado que enviarán lo más pronto posible la cuota de este año para que no se dejen de pagar por lo menos los sueldos a los empleados fijos.Y por lo que se refiere a la supresión de los cursos de lengua española y francesa, ya anunciada por la dirección de la FAO, por el momento van a seguir en pie, sobre todo porque, al parecer, tanto el Gobierno francés como el español estarían dispuestos a contribuir, al margen de la cuota que ya pagan a la FAO, a los costes de dichos cursos con tal de que no desaparezcan. España paga ahora casi siete millones de dólares a la FAO, y dichos cursos de español están considerados como de vital importancia, ya que además cada vez son más solicitados por los miembros de la FAO.

Las medidas a tomar deberían hacerse cuanto antes, en opinión de los expertos, porque dejar hundirse a esta organización de las Naciones Unidas que se interesa por el hambre del mundo sería al mismo tiempo una grave responsabilidad mundial, que en este momento recae sobre todo sobre la conciencia de Estados Unidos, como ha confirmado también el representante español ante la FAO, Ismael Díaz Yubero.