Una información polémica
EL PAÍS Las noticias sobre negociaciones con ETA han sido tradicionalmente causas de polémica entre el Gobierno, que se ha negado sistemáticamente a reconocer su existencia, y los medios de comunicación. Esta tónica se rompió en agosto de 1987, cuando el portavoz del Ejecutivo, Javier Solana, en la conferencia de prensa posterior al primer Consejo de Ministros tras las vacaciones admitió que "ha habido, hay y habrá" diálogo del Gobierno con ETA para poner fin al terrorismo.
Estas negociaciones se habían iniciado un año antes con Txomin Iturbe Abasolo hasta la deportación de éste de Francia a Gabón, pero cuando el terrorista se instaló más tarde en Argelia volvieron a reanudarse los contactos. Estos encuentros fueron reconocidos, en agosto de 1986, por el Gobierno vasco, que informó de que habían sido una docena. En cambio Felipe González, declaró que "no hay, no ha habido y no habrá negociaciones del Gobierno con ETA". La muerte de Iturbe Abasolo, en accidente de tráfico en febrero de 1987, hizo necesario el traslado de Ecuador a Argelia del etarra Antxon Etxebeste para proseguir las negociaciones.
Desde la implantación de la democracia se han venido produciendo propuestas para intentar una salida negociada al problema de la violencia en el País Vasco. En el verano de 1978 surgió un primer intento negociador impulsado por Txiki Benegas, como consejero de Interior del Consejo General Vasco.
El verano de 1984 fue especialmente agitado respecto al tema de la negociación con ETA. A finales de junio, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui; el dirigente de Herri Batasuna (HB) Iñaki Ruiz de Pinedo y el senador del PNV Joseba Azkárraga se manifestaron de manera simultánea favorables a una salida negociada. Un mes después, Mario Onaindía, como secretario general de Euskadiko Ezkerra, intentó una negociación a través de Herri Batasuna. ETA no dio ninguna respuesta a la oferta.
La propuesta negociadora de mayor importancia en ese verano fue, sin duda, la del Ministerio del Interior, en agosto de 1984, para que los terroristas entregaran las armas a cambio de facilitarles una amplia reinserción social. Como respuesta, ETA Militar exigió negociar a partir de la alternativa KAS. En septiembre del mismo año el embajador francés en España, Pierre Guidoni, actuó de intermediario en el envío de un mensaje a ETA para proponer una tregua a cambio de anular las extradiciones y deportaciones de etarras y como primer paso de una futura negociación .
En julio de 1985 el asunto volvió a saltar a la actualidad al conocerse un ofrecimiento negociador del Gobierno transmitido en el mes de mayo a Domingo Iturbe Abasolo, Txomin, con la mediación de Euskadiko Ezkerra.
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