Primitivos que somos

Etnólogo, sociólogo y antropólogo, pese a que su documentación debe rezar director de cine, Sohai Imamura es un autor poco frecuentado por nuestras pantallas grandes. Aunque su filmografia supera las dos docenas de largometrajes, tan sólo La venganza es mía y La balada de Narayama han llegado a estrenarse, y eso en fechas relativamente recientes; son, sin embargo, suficientes para echar encarecidamente de menos las nunca vistas.La balada de Narayama es un filme con mucho mensaje, como se decía antes. Más o menos viene a contarnos lo que por otros medios -por la música de Philip Glass básicamente- nos contaba Koyaanisqatsi, esto es, que nuestro mundo facundo es poco menos que una porquería y sin vuelta posible a nuestros orígenes, orígenes que Imamura defiende proponiendo una atenta lectura del texto de Kinoshita en que la película se basa y en la que se equipara el primitivismo del hombre con la conducta de los animales.

De Paulino Viota, un cineasta no fácilmente clasificable, tenemos hoy Con uñas y dientes, una combativa película de 1978. Desarrolla mil y una anécdotas del conflicto que se establece entre obreros y patronal, la consiguiente huelga y todo cuanto repercute en el seno de una generación en estado de varios éxtasis.

Hollywood al desnudo es una vieja producción de Pandro S. Berman para la RKO, dirigida en 1932 por George Cukor. Cine muy bien hablado, inteligentemente hablado, que aquí está al servicio de una historia que mete sus narices en el mundo de Hollywood. Exquisito melodrama.

Completa la programación del día en TVE la infantil Un gato del FBI, típico producto Disney.