El nuevo grupo financiero ocupa el puesto 33º en el 'ranking' de la banca europea, y el 69º de la mundial

El nuevo grupo bancario que surgirá de la fusión de los bancos de Bilbao y Vizcaya tendrá un total de casi seis billones de pesetas de activos; una inversión crediticia de 2,5 billones, y unos depósitos de clientes de 4,1 billones de pesetas. Estas cifras suponen que el nuevo grupo financiero controlará el 20% del total del negocio bancario, con cifras de finales de 1987, a bastante distancia del segundo grupo, que se disputan en la actualidad el Español de Crédito y el Central. Los recursos propios de la nueva entidad superarán los 230.000 millones de pesetas, aportados casi a partes iguales por las dos entidades, y ocupará el puesto 33 de la banca europea y el 69 según el ranking de la revista Fortune.El nuevo grupo cuenta con una plantilla de más de 33.000 trabajadores y un total de 3.374 oficinas, de las que apenas 230 se encuentran localizadas geográficamente en el País Vasco, aunque es aquí donde se produce una mayor concentración de personal en los servicios centrales.

El proceso de fusión acordado exigirá una racionalización de las actividades financieras y parafinancieras de las distintas sociedades que componen los dos grupos, que culminarán, de forma ineludible, en la fusión de las que sean similares. Lo mismo va a ocurrir con las dos casas matrices, el Banco de Bilbao y el de Vizcaya, que dejarán de ser entidades independientes en un plazo de cuatro años. Las segundas marcas de bancos serán, con bastante probabilidad, las que antes empiecen a sentir los efectos de la fusión. La racionalización y desaparición de redes bancarias paralelas que los dos grupos venían llevando a cabo desde hace dos años por separado, se acentuarán en los próximos meses para trata de reducir al máximo posible, sin causar problemas nuevos a las plantillas, los costes operativos del grupo.

La operativa independiente de los dos grupos bancarios mientras dure el proceso de fusión, aunque se actue de forma coordinada a través de la sociedad hólding que controlará a toda la organización, permitirá dosificar los esfuerzos tratando de adaptarlos a las posibilidades reales que la propia evolución de la situación vaya requiriendo.