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Mark, hijo de Margaret Thatcher, desapareció cinco días en 1982

Mark Thatcher, hijo de la primera ministra británica, que participaba en la edición del rally de 1982, estuvo también cinco días perdido en el desierto del Sáhara. Tras ser localizado por la aviación argelina junto a la corredora francesa Charlotte Verney y al mecánico, Claude Garnier, fue rescatado después por el organizador de la prueba, posteriormente fallecido, Thierry Sabine.El propio primer ministro argelino, Ahmed Abdelgani, comunicó oficialmente por teléfono la noticia, a Margaret Thatcher -que había llorado en público días antes y llegó a cancelar una recepción-, aunque luego el gobierno argelino se quejó del desprecio que hicieron gala los organizadores de la ayuda de su país, al negarse a solicitar auxilio, confiados en la eficacia de sus propios medios, un helicóptero y un avión de reconocimiento. De todas formas, el presidente francés, François Mitterand, también prestó tres aviones con base en Senegal a fin de intensificar la búsqueda.

El coche Peugeot 504 en el que viajaban Mark Thatcher y sus dos acompañantes desapareció en el transcurso de la etapa Tamanrasset-Temiune, en territorio argelino.

Antecedentes

En todo caso, dados los antecedentes del hijo de la primera ministra británica, que había puesto en serios aprietos a su familia al mezclarse en ciertos escándalos, se especuló en aquel momento con una operación publicitaria. Graduado en contabilidad, trabajaba en una empresa internacional de consulting, pero también se dedicaba a promover divesos productos, a dos de los cuales, una revista erótica y una marca de preservativos, tuvo que renunciar ante las presiones de la opinión pública.El padre de Mark, Dennis, se desplazó personalmente hasta Tamanrasset para encontrarse con su hijo tras el rescate. El Frente Polisario acusó a Marruecos de haber difundido, para desacreditarle, la noticia de que el movimiento de liberación saharaui había secuestrado al piloto.

Mark Thatcher dijo que la razón de su accidente había sido la rotura del eje trasero de su coche. Aunque creyeron en un principio que podrían alcanzar la frontera cercana de Malí, no pudieron hacerlo y se salieron de la ruta principal, adentrándose en el macizo del Hoggar. El mecánico intentó en vano arreglar la avería un día entero y decidieron acampar hasta ser localizados.

La moral de los tres implicados en la desaparición no desfalleció en ningún momento, convencidos de que los encontrarían. Contaban con un aparato de radio en el que escuchaban todas las noticias sobre las operaciones de rescate.

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