Los antiguos accionistas de Banca Catalana recuperarán parte de su patrimonio
Los antiguos accionistas de Banca Catalana recuperarán parte del patrimonio perdido tras la operación acordeón practicada sobre el capital del banco en 1982. El consejo de administración de la entidad -cuyo actual propietario es, en un 96%, el Banco de Vizcaya- quiere amortizar las antiguas acciones y ofrecer a sus poseedores la posibilidad de canjearlas por títulos procedentes de una ampliación de capital que alcanzará los 15.000 millones. Este canje permitirá recuperar el antiguo patrimonio a su valor nominal.
El consejo de administración propondrá, en la junta de accionistas del próximo día 29, que se apruebe la amortización de 240.000 acciones de la serie A (nominal de 5.000 reducido a 5 pesetas) y 4,5 millones de acciones de la serie B (nominal de 1.000 reducido a 1 peseta), y que se otorgue a los tenedores de las acciones amortizadas el derecho a canje por acciones nuevas (serie C con 1.000 pesetas de nominal). Por cada acción A se pagarán 500 pesetas y por cada B, 100 pesetas. Ello supone que dos acciones A y 10 acciones B podrán canjearse por una acción C nueva. Además, estos accionistas tendrán el derecho a adquirir una acción nueva por cada acción canjeada, al valor nominal. En conjunto, los antiguos accionistas recuperarían una cantidad equivalente al valor nominal de su antiguo patrimonio.La operación es especialmente ventajosa por el hecho de que Banca Catalana sacará a bolsa al menos el 10% del capital de la entidad, y estima una valoración inicial próxima al 500%, según confirmaron fuentes de la dirección de Catalana. Cada acción pagada al nominal de 1.000 pesetas tendrá, por tanto, un precio en el mercado de unas 5.000 pesetas.
Esta operación supone de hecho la cicatrización definitiva del trauma económico que supuso para los 28.000 antiguos accionistas de Banca Catalana la crisis de 1982. Fuentes próximas al consejo de administración anterior a 1982 valoraron muy positivamente la decisión de los actuales gestores del banco catalán y afirmaron que "con esto se ganarán el afecto de 28.000 accionistas a los que se dejó papel mojado en las manos, e incrementarán la catalanidad real del banco".
Entre los favorecidos por la decisión de Banca Catalana están los poseedores de los mayores paquetes de acciones antiguas, buena parte de los cuales pertenecían al consejo de administración y fueron posteriormente incluidos en la querella del Ministerio Fiscal.
La Fundación Catalana, por ejemplo, recibirá gracias al canje una importante inyección de patrimonio que le permitirá salir de su actual situación semiletárgica. La donación efectuada por Jordi Pujol de sus 22.749 acciones A y 76.010 acciones B supondrá para la Fundación unos 100 millones de pesetas, a los que habrá que añadir los pequeños paquetes obtenidos en otras donaciones.
Según la distribución de las acciones que constaba en los documentos de Banca Catalana en 1982, y suponiendo que sus tenedores no los hayan vendido (la propia entidad los ha estado comprando a 5 y 1 pesetas), otros accionistas importantes podrían recibir cantidades significativas: a Olegari Soldevila le corresponderían acciones valoradas en unos 40 millones por sus 80.219 viejos títulos; a Ramón Miquel Ballart, unos 30 millones; a Martí Rosell Barbé, unos 25 millones; a Francesc Cabana, unos 30 millones; a Lluís Montserrat Navarro, unos 27 millones, y al matrimonio Jaume Carner-Maria Lourdes Cabana, unos 40 millones. Algunos de estos antiguos accionistas, como Francesc Cabana y otros, sufrieron un grave percance económico personal tras la operación acordeón dado que prácticamente todo su patrimonio estaba invertido en acciones de Banca Catalana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.