El vaso de Elena Arnedo
Leo en su periódico de fecha 8 de enero una carta fírmada por Elena Arnedo Soriano, ex mujer del ex ministro de Economía y Hacienda Miguel Boyer, que cita. el semanario que yo dirijo, a raíz de unas declaraciones aparecidas en nuestro semanario número 1.899.Dichas declaraciones fueron remitidas a nuestra revista por la agencia de prensa News-Press, y según su director, don José Luis Sánchez Caballero, un profesional de su agencia se puso en contacto telefónico con la señora Arnedo alrededor de las 11.30 del día 2 de enero, consiguiendo la pequeña entrevista que publicamos.
Agradezco que la señora Arnedo asegure que suscríbe esas declaraciones que aparecen en Diez Minutos, aunque afirme que no las ha hecho. Esto entra ya dentro del círculo de las hipótesis, ya que el profesional que vendió las declaraciones se ratifica en que son ciertas, y, por lo que la señora Arnedo escribe, sostiene que ella jamás dijo nada acerca de la boda de su ex marido.
Lo que no puedo dejar pasar sin hacer constar mi sincera repulsa es que, con motivo de este asunto en el que se encuentran enfrentados un profesional de una agencia de prensa y la señora Arnedo, ésta generalice y ponga en duda la fiabilidad de lo que ella denomina "esa clase de prensa", llegando incluso en su literatura a hacer una consideración peregrina: "Sepan ustedes", escribió, "que además esos personajes, aparentemente reales, son tan ficticios como los de las flatonovelas o los de los culebrones televisivos".
Desconozco cuál es el vaso que se le colmó a doña Elena Arnedo, pero si repasa el mismo número en el que se sintió molesta, por unas declaraciones que ella asegura no haber realizado, observará la presencia de personajes tan reales como Su Majestad el rey don Juan Carlos, por poner sólo un ejemplo real.
Siento muchísimo que se haya colmado con esa gota el vaso de la paciencia de la señora Arnedo, pero generalizar siempre supone cometer injusticias, y en este caso sufren las iras de la citada ex mujer del ex ministro de Economía y Hacienda no sólo quienes en el caso de haberse equivocado sería perfectamente lógico que las recibieran, sino que el palo se reparte entre el resto de semanarios -que en las circunstancias que tratamos nada tienen que ver-, nuestros lectores e incluso los personajes que por una u otra causa aparecen semanalmente en nuestras páginas.
Respeto profundamente la indignación que pueda sentir doña Elena Arnedo, en el caso de ser cierto lo que ella suscribe, pero no puedo permitir que involucre en ese tema específico ni la fiabilidad de la prensa denomínada del corazón ni los personajes que en ella aparecen, y mucho menos a nuestros lectores.
Punto y aparte merece el titular de la carta, titular que no voy
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a comentar porque prefiero pensar que no se le ha ocurrido a ningún redactor de EL PAÍS.- Director de Diez Minutos.
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