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24 militantes y Cómplices de Acción Directa, juzgados en París como malhechores

Lluís Bassets

Veinticuatro militantes y cómplices de Acción Directa, el principal y casi único grupo terrorista de extrema izquierda francés, serán juzgados a partir de hoy en el Palacio de Justicia de París acusados de 'asociación de malhechores". Dos están encarcelados en Italia, otro será juzgado en rebeldía, y cuatro más, Jean-Marc Rouillan, Nathalie Ménigon, Georges Cipriani y Joelle Aubron, los principales dirigentes del grupo, difícilmente podrán comparecer, pues se hallan debilitados por la huelga de hambre que llevan a cabo para conseguir la reunión de todos los miembros de la banda en una sola cárcel y ser reconocidos como presos políticos.

Los acusados que comparecerán en la primera audiencia, 17 posiblemente, se sentarán detrás de vitrinas blindadas y contarán con unas medidas de seguridad dignas de los grandes procesos, a pesar de que la pena máxima que puede caer a cada uno de ellos es de 10 años de prisión. El proceso reunirá a una cuarentena de abogados defensores, que deberán responder al escrito de 350 páginas del fiscal. Las audiencias durarán 15 días.Los dos asesinatos más espectaculares (el del general y alto funcionario del Ministerio de Defensa René Audran y el del presidente de Renault Georges Besse), las 10 muertes ocasionadas en total entre atentados y tiroteos, las decenas de atracos, un centenar de atentados con explosivos, realizados por miembros del grupo, han sido o serán juzgados en otras ocasiones, caso por caso.

Ésta será, pues, la única oportunidad para que Acción Directa intente realizar una apología de sus objetivos políticos. Pero será también la principal ocasión para que se evidencien la turbulenta historía de este grupo y los reproches que el actual Gobierno conservador realiza a sus antecesores socialistas por la falta de energía en el tratamiento del fenómeno terrorista.

Vísperas electorales

No es casualidad que todo haya sido debidamente preparado para un proceso espectacular a tres meses de la elección del presidente de la República. Con la llegada de François Mitterrand al Elíseo, en 198 1, los socialistas intentaron desactivar los grupos de vocación violenta, Acción Directa, el vasco Iparretarrak y el Frente de Liberación Nacional de Córcega principalmente, mediante indultos, intentos de reinserción social de los terroristas e incluso el diálogo destinado a reconducirlos dentro de la legalidad. Algo más de 50 ex militantes de Acción Directa se hallan en la calle, estrechamente controlados por la policía en su mayoría, después de cumplir condenas o de otras medidas de flexibilidad. Pero el núcleo más sustantivo del grupo sacó nuevas energías de las primeras vacilaciones socialistas y emprendió sus actuaciones más violentas a partir de entonces.

El proceso que empieza hoy reunirá, de hecho, a dos núcleos de Acción Directa considerados corno dos grupos distintos. La llamada rama lionesa, cuyo último dirigente, Max Frérot, fue detenido a finales del pasado año y no comparecerá en este juicio, y la rama internacionalista, encabezada por Rouillan y relacionada con los grupos del euroterrorismo (Fracción del Ejército Rojo, Células Comunistas Combatientes, Primera Línea y posiblemente, aunque de forma esporádica, con ETA y GRAPO). El juicio, preparado para actuar como tribuna de la política antiterrorista del Gobierno conservador francés, cuenta como principal fuente de documentación y de pruebas la detención de los cuatro dirigentes de la rama internacionalista, en la región de Loiret, en febrero de 1987, en la casa de campo donde vivían y tenían su cuartel general atiborrado de armas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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