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Facultativos británicos realizan abortos según el sexo del feto

Ginecólogos británicos están violando la vigente Ley del Aborto y practicando operaciones de este tipo en función del sexo del feto, según reveló ayer un programa radiofónico de la BBC Las embarazadas que recurren a estos médicos suelen ser mujeres orientales para las que la eventual boda de una hija, y la correspondiente dote, suponen una carga económica aterradora. El hecho ha trascendido en el momento en que el Parlamento británico va a discutir la reforma de la Ley del Aborto de 1967.Una periodista de origen asiático de esa emisora, embarazada de seis meses, acudió al ginecólogo que le praticó una amniocentesis para determinar el sexo de su hijo. A instancias de la periodista, y tras advertirle que era ilegal practicarle un aborto en función del sexo, el médico le envió a otro colega que se brindó a realizar la operación por 120.000 pesetas.

Otro ginecólogo manifiesta en el mismo programa que en su hospital se reciben al año unas 12 peticiones de parejas de origen asiático que llegan a ofrecer hasta 200.000 pesetas porque se establezca el sexo del feto y se realice el aborto si resulta que se trata de una hembra. "Siempre nos hemos negado, pero sé que hay una minoría que lo haría por ese dinero", dice.

La explicación que se da a estas peticiones es que las parejas prefieren tener hijos a hijas, entre otras razones, porque estiman que en el futuro la carga económica que puede suponer la dote nupcial será muy gravosa. En la cultural del subcontinente asiático tiene gran relevancia la dote que la novia aporta a la boda. Las familias pueden quedar endeudadas de por vida y, en casos extremos, la vida de la mujer casada con una dote insuficiente puede convertirse en un infierno.

El empleo de la amniocentesis para conocer el sexo del feto como paso previo a un eventual aborto es ilegal y quien lo practica se arriesga a ser expulsado del colegio de médicos en el Reino Unido. "No podemos tener un aborto a la carta", manifiesta un portavoz de la Asociación Médica Británica.

Hasta la 28ª semana

Si la prueba establece que el feto presenta problemas, puede practicarse el aborto, que en las islas es legal hasta la 28 semana de embarazo, también si está en peligro la vida de la madre o si existe riesgo de daños físicos o mentales para la embarazada.A finales de mes, un parlamentario liberal va a proponer una reforma en la ley de 1967, de modo que el límite sea rebajado hasta la semana 181. La modificación defendida por David Alton, un parlamentario liberal soltero y católico, va contra la ley elaborada en su día por David Steel, hoy líder del Partido Liberal.

Los colegios de médicos se oponen a esta reducción alegando que haría imposible la detección de determinadas malformaciones. En 1985 se practicaron 5.665 abortos después de las 18 semanas de embarazo, 1.100 de ellos porque los fetos presentaban graves malformaciones.

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