Momento de cambio
Chillida, que siempre ha cultivado el paralelismo entre su obra gráfica y sus esculturas, vuelve a sentirse especialmente inclinado ante el dibujo, el papel y la plancha."Para mí", dice, "éstos son momentos de cambio, de búsqueda y por eso últimamente dibujo mucho y trabajo más sobre el papel". El cambio de técnicas, planteamientos plásticos y materiales parece representar para él un paréntesis activo que le permite reanudar su trabajo escultórico con nuevos aires.
Un proceso que parece haberse fraguado en el período de preparación de su escultura Gernika, en los bocetos y dibujos en los que el creador vasco ha encontrado las ideas y las formas que inspiran esa obra, trascendental para él.
Gravitación
El escultor explica que en los últimos tiempos está sintiendo con una especial fuerza la idea de la gravitación, tan consustancial al conjunto de su obra, y que esta idea se refleja muy bien en materiales tan ligeros como el papel. "La búsqueda de lo que yo llamo suspensiones o gravitaciones",, indica Chillida, "me ha llevado, últimamente a no encolar siquiera mis dibujos; he optado por sujetarlos con cuerdas, porque refuerzan estas sensaciones", afirma Eduardo Chillida.
La relación entre la escultura y el grabado es para él tan evidente, tan directa, que sólo se diferencian por la naturaleza de los medios. "No hay, desde luego, una diferencia conceptual; simplemente uno se manifesta en tres dimensiones y el otro en dos, y cada uno de ellos con materiales distintos".
Eduardo Chillida parece haber renunciado a grabar en colores distintos al blanco y negro. "Esos colores son suficientes para lo que quiero decir y para responder a mis preguntas; yo diría que a todas las preguntas. Desde un punto de vista espacial, todo puede ser investigado en blanco y negro; es como el cine antiguo: posee una mayor expresividad y a mí me gusta mucho más.
