La ira de los obispos cae sobre Celentano

La iras de la Conferencia Episcopal de Italia han caído sobre el famoso y polémico programa televisivo Fantástico, de Adriano Celentano, por el que se han interesado también hasta los jueces, que han interrogado durante dos horas al cantante. Los obispos, en una dura nota oficial publicada ayer en L'Osservatore Romano, el diario del Papa, han criticado como "ofensivo contra la verdad y los sentimientos de los creyentes" el monólogo recitado por el gran actor y dramaturgo Dario Fo sobre el Niño Jesús en el programa de Celentano del sábado pasado, que contó con una audiencia de más de 12 millones de personas.Hacía muchos años que la RAI no concedía al volteriano Fo un espacio de media hora en un programa, y menos aún de seguimiento masivo como es Fantástico. Celentano, que se declara creyente, tras haber invitado ya anteriormente a la esposa de Fo -la actriz Franca Rame, que recitó el dramático relato de su violación por parte de un grupo de fascistas-, invitó nada inenos que al mismísmo Fo en vísperas de Navidad. Y en el primer canal de la RAI, de tendencia democristiana.

En el escenario, Fo había hecho colocar el viejo símbolo comunista de la hoz y el martillo en color rojo. Y recitó un pasaje de los Evangelios apócrifos sobre el Niño Jesús con una maestría que sobrecogió a muchos telespectadores. Aunque no a todos, ya que, al parecer, en la centralita del Vaticano se recogieron más de 2.000 llamadas de teléforio de protesta.

Pero lo que más molestó, quizá, fue la improvisada entrevista de Celentano a Fo: "¿Eres creyente?", le preguntó el cantante al dramaturgo a bocajarro cuando aún estaba bañado por el sudor tras su magistral recitado de 35 minutos de duración. "¡No!", respondió Fo. "Y sin embargo yo creo que tú crees", insistió Celentano, "porque en caso contrario no podrías recitar con tal pasión cosas del Evangelio". "Lo que ocurre", respondió Fo, "es que los ateos tenemos que ser por fuerza religiosos; es decir, creer en la vida, en los niños, en la naturaleza. Sois vosotros, los creyentes, los que os podéis permitir el lujo de no ser religiosos". "Entonces", comentó Celentano, "podría suceder que muchos que se llaman creyentes sean en realidad ateos". "Claro que sí", apostilló Fo con una de sus características carcajadas.

Camino a la izquierda

Ahora los obispos hablan de ofensa a los sentimientos religiosos de los creyentes. Celentano ha replicado que toda la responsabilidad es suya, porque fue él quien invitó a Fo, a quien considera como "un instrumento de Dios". Y ha añadido: "La Iglesia está llena de libros, de Evangelios que dicen que los caminos que llevan a Dios, son infinitos, y después, me cago en la leche, cuando hay un camino que lleva a Dios no lo queréis reconocer sólo porque os parece de izquierdas".Más claro aún ha sido ayer Dario Fo: "Es falso que yo haya ofendido la sensibilidad religiosa. Yo desafío a los obispos y cardenales a un debate público, en el que estén presentes fieles católicos escogidos por ellos y por mí, sobre la fe y la religiosidad". El actor recuerda que los Evangelios apócrifos que él ha recitado fueron incluso ocasión de polémica durante el concilio de Nicea, en el que hubo palos y hasta heridos. Según dijo Fo en el programa de Celentano, la hendidura que tiene la mitra de los obispos fue producida por uno de aquellos golpes que los obispos se daban en la cabeza.

"Los obispos", dice Fo, "no defienden la religión, sino su autoridad, sus dogmas y sus reglas. Se lanzan contra quien osa tocar el orden sacro y el aparato eclesial. No defienden al creyente, sino su toga, su anacrónico sombrero y su cabeza también anacrónica. El tono de su intervención revela histerismo, falta de sentido del humor y de racionalidad".

Sin embargo, los obispos insisten en que la RAI como órgano público de información debe tomar medidas y piden que se encargue del caso la comisión parlamentaria de vigilancia sobre el elite televisivo.

Por su parte, Juan Pablo II, según informo ayer la Prensa italiana, grabará un disco en el que recitará, con fondo musical, versos en inglés, francés, italiano, español y polaco del cantante francés Plastic Bertrand.

El disco saldrá en el mes de febrero y lo que se recaude será destinado "para una forma de beneficencia decidida directamente por el Vaticano". El productor del disco, Eddie Luyck, se ha negado a revelar el contenido de los versos.