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La catástrofe, ejemplo de los riesgos de viajar por las islas

La Navidad en Filipinas, la única celebrada masivamente en esta parte del sureste asiático, se tiñe de luto con el terrible accidente del Doña Paz. La tragedia es un estremecedor ejemplo de los riesgos de viajar por el archipiélago.Una de las causas de la catástrofe parece haber sido el excesivo número de pasajeros del Doña Paz. En Filipinas rara vez se respetan los límites legales de los distintos transportes, con la excepción del avión. Desde los barcos de gran tonelaje a las tradicionales bancas -las típicas barcas malayas, de estilizado casco de madera y estabilizadores de bambú-, el abarrotamiento es la norma. La solución no es fácil para un país formado por 7.000 islas, en donde el transbordador es el medio más barato de transporte.

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En carretera, el medio más utilizado para moverse es el colorido jeepnne, cuyo origen está en la recuperación para medios civiles de los jeep norteamericanos de la II Guerra Mundial, posteriormente alargados, en forma de camioneta. Siempre van sobrecargados.

La piratería es otro de los riesgos que afrontan los sufridos viajeros, en especial en las islas del sur. No es extraña la desaparición de embarcaciones, filipinas o extranjeras, víctimas del asalto de gentes que viven aún de la piratería, como justifica la ofensiva llevada a cabo por la Marina, el pasado día 17, en la zona de Zamboanga, al este de Mindanao, que condujo a la desarticulación de una banda de piratas, 20 de los cuales murieron.

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