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Muere de un disparo el dueño de un videoclub en un intento de atraco

Amelia Castilla

Julián Pizarro Alcocer, de 39 años, propietario de un videoclub de la localidad de Gétafe, falleció el sábado al ser alcanzado de un disparo en la cabeza realizado por un hombre que trataba de robar en la tienda. La víctima se peleó con el atracador para impedir el robo. El homicida logró escapar, pero perdió un zapato.

Los hechos se produjeron alrededor de las nueve de la noche del sábado. El videoclub, situado en la calle de Carabanchel, todavía se encontraba abierto. La víctima, que compartía la propiedad del establecimiento con otro matrimonio, se encontraba en el interior del local con su esposa, la otra pareja y una mujer joven, posiblemente cliente del establecimiento. Un hombre, de unos 25 o 30 años, irrumpió en la tienda armado con una pistola y con la intención de robar. El atracador, que se encontraba muy tranquilo y no aparentaba estar bajo los efectos del mono, se apoderó primero de la cartera del otro propietario de la tienda, luego se la pidió a Pizarro. Este se resistió en principio a entregar la cartera al asaltante, pero sus acompañantes lo convencieron para que lo hiciera.Cuando el atracador trató de apoderarse de las 40.000 pesetas que había en la caja del establecimiento, la víctima se abalanzó sobre él y mantuvieron un forcejeo. Ambos cayeron al suelo, según la reconstrucción policial de los hechos, y el atracador realizó en ese momento dos disparos. Una de las balas alcanzó en la cabeza a Pizarro.

El atracador amenazó de muerte a las personas que se encontraban dentro de la tienda y escapó del establecimiento, según aseguraron fuentes policiales. El homicida perdió un zapato en el curso de la pelea con la víctima. El zapato quedó abandonado en el videoclub.

Pizarro fue trasladado al hospital Primero de Octubre, pero ingresó cadáver. Los testigos del suceso describieron al atracador como un hombre joven, de complexión fuerte, nariz aguileña y pelo castaño oscuro y rizado. El homicida vestía una cazadora marrón y mocasines. La policía recogió en el interior del videoclub dos casquillos de bala de 9 milímetros Parabellum.

La víctima tenía dos hijos, de tres y nueve años, y trabajaba como escayolista. El videoclub era atendido normalmente por su esposa.

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