Mercenarios portugueses de los GAL afirman haber trabajado a nivel oficial para el Gobierno Español
El reclutador de mercenarios portugueses de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) y miembro de la DINFO (servicios secretos militares) Mario Correa da Cunha ha declarado a un tribunal de Lisboa que los responsables del espionaje militar estaban al corriente de todas sus actividades en las acciones contra ETA. En los sumarlos instruidos en Portugal y Francia, que han originado la investigación de la Audiencia Nacional sobre la relación del subcomisario de policía José Amedo Fouce con los GAL, los mercenarios contratados afirman tener la certeza de trabajar para el Gobierno español. Dos jefes de la DINFO han invocado el secreto de Estado el ser interrogados por el juez de Lisboa sobre el caso.
Los mercenarios portugueses realizaron dos atentados en el sur de Francia en febrero de 1986 en los bares Baztoki y Consolation, donde resultaron heridas varias personas, entre ellas ciudadanos franceses, dos niños y un supuesto miembro de ETA. Tras el segundo atentado, el 13 de febrero, fue detenido en la estación de San Juan de Luz el portugués Paulo Figueiredo Fontes, quien inmediatamente colaboró con la policía y la justicia.Sus declaraciones permitieron detener al resto del grupo en Portugal. Se trataba de Jean-Philippe Labade, reclutador de mercenarios y dirigente de uno de los grupos de los GAL; Mario Correa da Cunha, también reclutador de tiradores y miembro del espionaje militar portugués; Antonio Volfango Macedo, Rogerio Carvalho da Silva y Antonio Cisneros Ferreira.
La justicia francesa logró interceptar una carta que Paulo Fontes, preso en Burdeos, envió a un familiar suyo en Portugal. En la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, Fontes dice que "fue contratado por un colega suyo para formar parte de un trío que debía hacer un trabajo a nivel oficial para el Gobierno español. Fuimos tres, juntamente con un tal Mario, miembros de los servicios de seguridad portugueses, a Viana do Castelo con dos españoles, supuestos agentes de la policía española, que nos explicaron que el trabajo era ir a Francia con apoyo y cobertura de las policías francesa y española, y para raptar miembros y cabezas de una banda buscada en España".
2,5 millones por cabeza
Fontes añade que "las cosas comenzaron a complicarse cuando nos dijeron que no se trataba de raptos, sino de liquidar, y que nos darían 2,5 millones de pesetas por cada uno".Fontes precisa que estaba convencido de que los españoles Ricardo y Eduardo -supuestamente identificados como los policías José Arriedo Fouce y Michel Domínguez-, que les contrataron en el hotel Ritz de Lisboa, "eran importantes miembros de la policía española".
Viajaron con ellos desde Lisboa hasta Bilbao. Fontes apunta que en la frontera de Tuy los agentes de seguridad hicieron un saludo militar a los españoles cuando uno de ellos les enseñó un carné. Los agentes no pidieron ninguna documentación a los portugueses.
En Bilbao los españoles le hicieron un carné de identidad en media hora a nombre de Manuel Oliveira porque carecía de documentación. Añade además que los propios Ricardo y Eduardo les dijeron que "serían gratificados por el Gobierno español y francés, pues los objetivos eran personas buscadas en España e indeseables para Francia".
Una vez detenido Fontes en Francia, los españoles aconsejaron a los mercenarios portugueses que volvieran a su país y tuvieran cuidado. En Lisboa, Rogerio Carvalho da Silva y Antonio Cisneros Ferreira, autores materiales de los atentados, junto con Fontes, se entrevistaron con Mario Correa da Cunha, quien les advirtió del peligro que corrían.
Correa da Cunha informó inmediatamente a sus superiores de la DINFO sobre lo ocurrido y éstos le respondieron textualmente, según consta en el sumario: "Ponte al fresco y apáñatelas tú solo". El agente militar se trasladó después a Bilbao, donde se entrevistó con Eduardo -supuestamente, el subcomisario de policía José Amedo Fouce- para tratar de solucionar las posibles consecuencias de la detención de Fontes en Francia. La justicia portuguesa tiene copia de su billete a Bilbao, y, al interrogarle sobre el contenido de su encuentro en la capital vizcaína, el agente de los servicios secretos invocó "secreto de Estado".
El juez de Lisboa que ha instruido el sumario llamó a declarar a los responsables de la DINFO e interlocutores directos de Mario Correa, el capitán Pedro Serradas Duarte y el teniente coronel Fernando Silva Ramos. Los dos jefes del espionaje militar invocaron el "secreto de Estado" a todas las preguntas relacionadas con los GAL.
Tras la detención de Fontes, los teléfonos de Mario Correa y sus dos superiores fueron intervenidos por orden judicial. En el sumario consta una nota de la policía judicial explicando al juez la importancia de varias de las conversaciones intervenidas, pero el texto de las mismas ha desaparecido.
La policía judicial portuguesa también logró interceptar y descifrar un mensaje en clave del teniente coronel Ramos dirigido a una mujer. En la nota advierten al juez de la importancia del asunto, sin embargo, el texto del mensaje ha desaparecido del sumario.
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