Ayer se celebró el referéndum sobre el plan de futuro y el convenio de Hunosa
Los trabajadores de Hunosa, decidían ayer en una consulta convocada en solitario por el SOMA-UGT su opinión sobre la última oferta del plan de futuro y del convenio colectivo propuesto por la empresa. Comisiones Obreras defendió la abstención o el voto contrario y ha anunciado que no aceptará el resultado como vinculante, sea cual sea. Las urnas se cerraban a media noche, y sobre las siete de la tarde la participación oscilaba entre el 35 y el 40% del total de la plantilla.El referéndum se desarrolló con absoluta normalidad y no se registró incidente en las cuencas mineras asturianas. La negociación del plan de futuro y del convenio, iniciada el pasado mes de febrero, ha estado salpicada de huelgas y de acciones por parte de los traba adores. Aunque en los últimos meses, desde que en mayo la empresa realizara la última oferta que prácticamente no ha modificado, no ha habido nuevas movilizaciones.
Las urnas se abrieron a las 9.30 horas y la infraestructura para el desarrollo del referéndum fue facilitada por la empresa que, igualmente, concedió dos horas a los trabajadores que participasen en el mismo, tal como se hace en las elecciones sindicales.
Plan cuatrienal
El plan de futuro que ofrece Hunosa -compañía participada íntegramente por el INI, que registrará unas pérdidas próximas a los 50.000 millones de pesetas esto, año y que emplea a 20.135 trabajadores- es básicamente el siguiente: una vigencia por cuatro años para alcanzar una producción de cuatro millones de toneladas en 1990 (en 1986 fue de 3,2 millones), reducción de la plantilla a 18.500 trabajadores en el mismo año, por medio de jubilaciones anticipadas, se incluye también la incorporación de 1.850 trabajadores en el mismo período, y unas inversiones de 46.070 millones de pesetas.En cuanto al convenio, presentado por la empresa supone principalmente unos incrementos salariales del 100% del IPC este año, del 105% en 1988, y del 110% en 1989 y 1990, se retiran las referencias para obtener las primas de producción, así como otras novedades en trabajos especiales, y la desaparición de la jornada laboral en sábado.
Comisiones Obreras está en desacuerdo globalmente con el plan de futuro y ha pedido su separación del convenio colectivo que, en principio, sí estaría dispuesta a firmar. Este es el sindicato mayoritario en la empresa desde la celebración de las últimas elecciones sindicales. La empresa no acepta la división entre plan y convenio y así lo ha reiterado a lo largo de la negociación. Tampoco ha accedido a adelantar cantidades a los trabajadores a cuenta del convenio.
En las últimas semanas, después del pacto entre el PSOE e Izquierda Unida para favorecer la estabilidad del Gobierno autónomo asturiano, se atisbó la posibilidad de una solución negociada al largo conflicto.
Aunque el ejecutivo del Principado creó una mesa de la reindustrialización en la que participan los ayuntamientos mineros, la empresa, los sindicatos y los partidos, no ha sido posible avanzar nada.
En un principio la empresa era partidaria de alcanzar un acuerdo a largo plazo que concluyese en el umbral del siglo próximo, pero terminó por aceptar la firma de un plan por cuatro años para negociar durante este tiempo, otro de vigencia más larga, que garantice la supervivencia de la empresa hasta el final la próxima década.
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