El cardenal Suquía afirma que existe una campaña para minar la unidad de la Iglesia

Ángel Suquía, cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, declaró ayer ante un grupo de informadores de temas religiosos que existe una campaña -de la que forman parte algunos medios de comunicación- para minar la unidad de la Iglesia. Esta preocupación se ha hecho tan patente que los obispos han llegado a debatir al respecto en la última reunión que mantuvo hace unos días el comité ejecutivo del episcopado español.

Ángel Suquía quiso poner de manifiesto el malestar de la jerarquía. "Nos parece que la Iglesia merece todos los respetos", dijo, y añadió que es difícil hoy construir una España moderna sin la colaboración de la Iglesia. El cardenal abundó en la campaña para minar la unidad, según el presidente de la Conferencia Episcopal, en la que algunos medios han encontrado su objetivo. "El nuncio es una pieza buena", agregó. El representante de la Santa Sede en España, Mario Tagliaferri, es una de las dianas de esa campaña, ya que, "cuando se quiere atacar, se va a la cabeza", según Suquía.Lo que ya no se duda en calificar de ofensiva laica -aunque el cardenal no la definiera ayer exactamente con esos términos- puede estar movido por intereses políticos o pecuniarios. "Monseñor Tagliaferri", añadió, "actúa como debe hacerlo un nuncio, de acuerdo con los principios; de asegurar y afianzar la unidad entre las iglesias particulares y Roma".

No hay tensiones

El cardenal arzobispo de Madrid relativizó la existencia de tensiones en el seno de la Iglesia. Y, en esa lírica, negó que un prelado solicitara una votación sobre el nuncio en la última asamblea plenaria del episcopado, celebrada el pasado mes de noviembre. En esa reunión, algunos obispos expresaron críticas hacia la intervención de Tagliaferri, que se consideró más una charla a los seminaristas que un discurso ante una asamblea episcopal. Suquía quiso dejar claro ayer que el nuncio de la Santa Sede "asumió el programa pastoral para la formación sacerdotal de la propia Conferencia Episcopal".La. figura de Tagliaferri también surgió, de manera más colateral, cuando el cardenal arzobispo de Madrid abordó la última carta pastoral de los obispos vascos, que proponía la negociación y mutuas concesiones entre el Gobierno y ETA para buscar una salida negociada. "No he hablado de este tema con el nuncio", dijo Suquía, quien añadió que "no sería prudente consultarle". Sin embargo, reconoció que la autoridad vaticana es la única que puede emitir juicio sobre el documento de los vascos.

El presidente de la Conferencia Episcopal se mostró muy cauto al abordar la reciente pastoral de lo; obispos de Vitoria, San Sebastián y Bilbao. "Dejamos abierto a la crítica lo que debemos dejar abierto", aseguró Suquía, en referencia a la nota hecha pública el pasado martes (véase EL PAÍS de ayer) relativa a la pastoral, y que el cardenal elaboró junto con el secretario de la conferencia, Fernando Sebastián.

"Es muy difícil establecer los lindes entre la política y la moral", dijo Suquía, en referencia a lo tratado por el polémico texto. Dentro de la cautela en que ayer se movieron las declaraciones del cardenal arzobispo de Madrid destacó la defensa que hizo de los prelados vascos, "porque los políticos, en eso de la negociación con ETA, han ido más lejos que los obispos".

Suquía se refirió al contenido de la nota del secretariado de la conferencia y dijo que podía ser discutible el hecho de que el polémico documento de los obispos vascos fuera una carta pastoral. En cualquier caso, en opinión del cardenal arzobispo de Madrid, no hay malestar en el seno del episcopado.