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El secretario general de la UGT deja la dirección del Partido Socialista portugués

Cuando apenas faltan dos meses para la celebración del congreso nacional del Partido Socialista (PS) portugués, la oposición interna al liderazgo de Vitor Constancio sube de tono, y la espantada de José Manuel Torres Couto, secretario general del sindicato UGT, significa un duro golpe para la actual dirección del PS.

Terres Couto había anunciado anteriormente su intención de abandonar la actividad política (es diputado y miembro de la dirección nacional del PS) para dedicarse exclusivamente al sindicalismo a partir del próximo congreso, previsto para febrero, pero un incidente con el grupo parlamentario del partido llevó a la ruptura anticipada, con duras acusaciones contra la dirección presidida por Constancio.Torres Couto, que, como otros líderes históricos del partido no fue elegido por el Grupo Parlamentario Socialista para representar al principal partido de la oposición en varios organismos internacionales (entre ellos, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa), expuso públicamente su desacuerdo absoluto con la "falta de responsabilidad con que la dirección del partido trata los problemas más importantes".

El portazo de Torres Couto, que puede arrastrar a la mayoría de los influyentes sindicalistas del PS, coincide con la declaración de guerra de la minoría soarista, encabezada por los ex ministros Maldonado Gonehla y Jorge Campinos y por el hijo del ex secretario general y actual presidente de la República, Joáo Soares.

Jaime Gama, el líder de la minoría derrotada en el congreso de 1986, se ha reconciliado entre tanto con Constancio, en nombre de la unidad, y reorganización del partido. Gonelha acusa a Constancio y la actual dirección de ser responsables del fracaso del PS en las últimas elecciones legislativas por haber izquierdizado la política del partido después de la salida de Mario Soares. Pero Joâo Soares defiende la necesidad de un "diálogo institucional y a todos los niveles" con los comunistas, y todos los disidentes consideran "excesiva mente pasiva" la oposición del PS al Gobierno mayoritario de Cavaco Silva.

Incapaz de ocupar el vacío

Constancio es acusado al mismo tiempo de ser un líder demasiado apagado, incapaz de ocupar el vacío dejado por la figura carismática de Mario Soares, y también de permitir "persecuciones internas" contra las personalidades más próximas del ex líder del PS.En el fondo, y a pesar de que el actual presidente de la República recuerde que dejó por completo la militancia partidaria en febrero de 1986 para convertirse en "presidente de todos los portugueses", la presencia del fundador del PS en la vida política lusa es demasiado fuerte y permanente para permitir a Constancio la autonomía necesaria para reorganizar el partido en el difícil papel de fuerza principal de oposición a un Gobierno que vive aún el estado de gracia creado por su aplastante victoria en julio.

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