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Tres hombres y una mujer embarazada fallecen en el incendio de un taller en Madrid

Amelia Castilla

Cuatro personas resultaron muertas y dos heridas graves en un incendio que se inició a las 17.40 en un taller de chapa y pintura de automóviles situado en el número 56 de la calle de Hermosilla. Las víctimas, empleados del taller, quedaron atrapadas en el interior del establecimiento, que sólo tiene una salida. El fuego se inicio al estallar un automóvil que estaba siendo reparado por un empleado. Todos los vecinos del bloque de viviendas situado junto al taller fueron evacuados de sus hogares ante el temor de que las llamas alcanzaran las casas.

Tres de los cadáveres, de Fernando, Félix y Ángel, fueron rescatados por los bomberos alrededor de las ocho de la tarde, al parecer las víctimas se refugiaron en el interior de un vehículo al verse cercados por el fuego. Entre los muertos se encuentra una mujer, María José López, de 25 años embarazada de siete meses, que trabajaba como secretaria.María José era desde hace tres años esposa de Ángel González, dueño del establecimiento de quien esperaba su primer hijo. El propietario abandonó el local poco antes de que se produjera la primera explosión, para revisar un coche que se encontraba estacionado en la calle.

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Meses de fuego y llamas

El local, que tiene sólo una entrada, dispone de un pasillo de unos 15 metros que va a dar al patio interior de la finca. Dos empleados pudieron abandonar el establecimiento heridos, poco después de que se iniciara el siniestro. Dentro del local quedaron unos 15 coches calcinados.

"Escuchamos tina explosión y vimos que salía humo por la puerta", explicó un vecino que se lamentó porque no se había podido prestar ayuda a las personas que se habían quedado dentro.

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Otras personas relataron también que tras. escucharse la primera explosión se oyeron muchas más. La llegada de los familiares de las víctimas fue dramática. "Mi hija, mi hija, es imposible, estaba embarazada", gritaba la madre de la joven muerta, mientras otros parientes se lamentaban entre gritos y lágrimas. El dueño del taller tiene otro establecimiento similar en la calle Lagasca y es concesionario de Renault.

Los empleados de este establecimiento se enteraron del incendio porque en el momento de producirse estaban hablando por teléfono con la secretaria que resultó muerta.

"No sé lo que pasa"

"Os cuelgo, os cuelgo, que no sé lo que pasa", fueron sus últimas palabras. Pese a que se desconoce el origen del siniestro, parece que se produjo cuando un empleado manipulaba una lámpara portátil que se rompió al caerse al suelo. El estallido provocó que las chispas alcanzaran a la gasolina que había derramada por el suelo. El accidente también pudo producirse, según informa Europa Press, poco después de las cinco de la tarde, al acercarse el soplete de un operario al depósito de gasolina de un automóvil que se reparaba a la entrada del taller. Según esta hipótesis el vehículo estaría afectado por una fuga en el depósito lo que produjo una explosión y la extensión del fuego a distintos puntos del taller. La posición del coche, en la misma entrada del establecimiento, cerró la salida de las víctimas. Uno de los heridos, Eduardo García, que sufre quemaduras en el 15% de su cuerpo con pronóstico grave, explicó al médico que le atiende que había visto saltar una chispa cerca de unos bidones de gasolina. Además de las quemaduras, los afectados sufrieron la acción asfixiante de los gases desprendidos por las pinturas incendiadas.

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