Felipe González pide "alegría" para progresar

Representantes de diversos sectores sociales, políticos e institucionales, del Estado celebraron ayer el noveno aniversario de la Constitución, a invitación del presidente del Congreso, Félix Pons. El presidente del Gobierno, Felipe González, recordó que se han perdido muchos años de libertad y progreso, y que ahora a España le correspondía hacer un esfuerzo doble al que realiza el resto de los países del entorno. González pidió "alegría" para llevar a cabo esta tarea.

Militares, deportistas, cantantes, artistas y diputados intercambiaron opiniones durante más de dos horas. Ningún presidente de Gobierno autónomo estuvo presente.Félix Pons, presidente del Congreso, acompañado por el titular del Senado, José Federico de Carvajal, dio la bienvenida a todos los invitados en la entrada del viejo palacio de la carrera de San Jerónimo.

"No es casualidad", dijo Pons, "que esta conmemoración se celebre en el marco físico del Parlamento, porque es el Parlamento el símbolo de la Constitución y el símbolo de la cultura democrática". El presidente del Congreso insistió con vehemencia en la necesidad de prestigiar las instituciones.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Felipe González, a preguntas de los informadores respecto a la situación socioeconómica de España, se mostró satisfecho por el ritmo actual de crecimiento, aunque recordó que "se han perdido muchos años de libertad y de progreso", por lo que advirtió que este país se ve ahora en la obligación de duplicar el esfuerzo, "aunque con alegría".

González, respondiendo a otra pregunta, explicó la inverosimilitud de las hipótesis sobre una convocatoria anticipada de las elecciones legislativas para hacerlas coincidir con las europeas de mediados de 1989. El presidente señaló que durante el primer semestre de ese año le corresponde presidir el Consejo de Ministros de Comunidad Europea, y a España, dirigir políticamente unas 1.300 reuniones de todos los ámbitos, lo que impediría al partido en el Gobierno preparar adecuadamente una campafla electoral.

La duda de Martirio

La presencia de ex altos cargos políticos de la España de la transición quedó oscurecida por la expectación que despertó la llegada de cantantes y deportistas.No obstante, algunas ausencias causaron decepción, tales como las de Miguel Ríos y Miguel Bosé.

No faltaron a la invitación la actriz Ana García Obregón y las cantantes Massiel y Martirio, que consiguieron, después de un arduo camino, atravesar el salón donde se desarrollaba la recepción y alcanzar el punto donde estaba el presidente del Gobierno, Felipe González.

La más tímida, sin duda, fue la cantante andaluza, que se mostró indecisa sobre si besar o no al presidente en las mejillas. Massiel le aconsejó que lo hiciera, y el presidente fue besado por las tres.

En tanto que Felipe González departía con Martirio, con la que se mostró especialmente afectuoso, la clase de tropa, compuesta por numerosos soldados de los tres ejércitos, se arremolinó en torno a Ana García Obregón pugnando por fotografiarse con ella. La actriz posó sin abandonar la sonrisa.

Quizá por casualidad los presidentes del Atlético de Madrid y del Real Madrid, Jesús Gil y Ramón Mendoza, respectivamente, no llegaron a encontrarse en ningún momento.

Mendoza, que llegó solo, departía con Alberto Ruiz Gallardón, mientras que Jesús Gil recorría la sala saludando y siempre franqueado por los jugadores de su club Roberto López Ufarte, Juan Carlos Arteche y Andoni Goikoetxea.