_
_
_
_
_

Ozal asegura que Turquía será un nuevo Japón si no entra en la CE

El primer ministro, Turgut Ozal, convencido de que las encuestas no se equivocan cuando le dan como seguro ganador en las elecciones del próximo domingo, aseguró ayer que la máxima prioridad en su segundo mandato será la integración plena de su país en la Comunidad Europea y que, de no producirse ésta, Turquía puede llegar a convertirse en un competidor tan importante como Japón.

Un Ozal sonriente y relajado se reunió ayer en su residencia oficial de Cankaya, en las afueras de Ankara, con la prensa extranjera, ante la que se mostró optimisita sobre el ingreso turco en el club de los 12 que, aseguró, "se produciría antes de lo que mucha gente piensa". Turquía, aseguró, "tiene más de 55 millones de habitantes y, para cuando se produzca la integración, puede ser el país más poblado de la CE". "No se puede cerrar el paso a su rápido desarrollo", a la importancia de su "posición estratégica", a las verlajas derivadas de sus "buenas relaciones con los países de Oriente Próximo", a su envidiable papel de "puente cultural y geegráfico" entre Europa y Asia.Para conseguir su objetivo, el primer ministro, líder del conservador Partido de la Madre Patria, está dispuesto a dar los pasos que sean necesarios. No en vano es un pragmático nato en el que cuesta a veces reconocer una ideología clara, aunque si ésta existe es la del liberalismo económico.

Consciente de que la oposición de Grecia puede cerrar el paso a la CE, Ozal se mostró dispuesto a tender una rama de olivo a Atenas y a reunirse en cualquier momento con su jefe de Gobierno, el socialista Andreas Papandreu. También intentará que se relaje la tensión causada por el problema chipriota, incluso con la retirada de las tropas turcas de la isla, "siempre que se llegue a un acuerdo que incluya garantías razonables para los turco-chipriotas".

Ozal sostuvo que Turquía es un país totalmente democrático y justificó la prohibición de los partidos islámicos y comunistas en que las experiencias del pasado despertaron en muchos turcos el miedo a estas formaciones. La detención de dos líderes comunistas cuando regresaron del exilio, el pasado día 16, para forzar su legalización, no se ha convertido en tema clave de la campaña electoral, centrada en las cuestiones econímicas.

El primer ministro ha asegurado en varias ocasiones que no está en contra de la existencia en el futuro de un partido comunista, pero que, para ello, habrán de pasar al menos cinco años.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_