Los Reyes viajan en un DC-10 de Iberia
Alquilado un avión ante los reiterados problemas en anteriores viajes oficiales
El domingo, el DC-10 de Iberia Costa Blanca, matrícula EC-CLB, fue precintado y aislado en los hangares de Barajas, tras regresar de Montreal (Canadá), para ser transformado en un avión capaz de cubrir las necesidades de los Reyes de España y su séquito durante el viaje a Nepal y Tailandia. El viaje comienza hoy y se extenderá hasta el próximo día 25. A partir de ese momento tan sólo seis personas atravesaron las barreras de seguridad para manipular su interior: construir una sala de vestir para la Reina y otra para el Rey, acondicionar un despacho, que tendrá una mesa para las comidas, e instalar un teléfono para comunicar con tierra, conectado directamente con el presidente del Gobierno. El avión tiene 45.697 horas de vuelo, según la ficha de Iberia, en la que no consta la edad del aparato.
En la medianoche de hoy varios mecánicos ultimaban los cambios necesarios mientras unos 15 vigilantes de dos empresas privadas de seguridad controlaban estrictamente todos los accesos al hangar. Entre los últimos trabajos estaban el carenado nuevo de los servicios y el montaje del tocador que utilizará la Reina.El coste del alquiler de este avión, que viajará con dos tripulaciones compuestas por dos pilotos, dos copilotos, dos mecánicos de vuelo y 20 auxiliares "seleccionados con la máxima atención", estará en tomo a los 100 millones de pesetas. Esta suma previsiblemente será cargada en una partida de los presupuestos del Ministerio de Asuntos Exteriores dedicada a los viajes de los Reyes.
La compañía aprovechará para este viaje el DC-10 que permanece en reserva; este hecho, unido a que esta temporada está considerada como baja, ha supuesto un importante ahorro en el coste de la operación que cubrirá el Estado.
Treinta y seis horas después de su entrada en los hangares la aeronave estaba lista con su comedor y departamentos . "Cambiar la distribución de un avión no es tan difícil como la de un piso" dijeron en Iberia.
Los viajes de Estado se han realizado durante años con aviones de la Fuerza Aérea Española y con tripulación militar..
Sin embargo, después de que se detectaran sendas averías en los viajes oficiales del Rey a Estados- Unidos y de Felipe González a Suramérica, que obligaron a los dos representantes españoles a variar sus planes de viajes por fallos del motor, el presidente del Gobierno anunció que ya no se utilizarían más estos aparatos y que como solución temporal se alquilaría un avión a la compañía aérea española.
Está previsto que alrededor del próximo mes de abril, se entreguen los Boeing 727, de las Fuerzas Armadas, que el Estado ha comprado para los desplazamientos del jefe del Estado y del presidente del Gobierno. Los aviones de las fuerzas armadas utilizados hasta ahora tenían una antigüedad de más de 20 años. Los Boeing de nueva adquisición sólo llevan 10 años volando.
Séquito
El séquito real estará compuesto por el jefe de la Casa Real, Nicolás de Cotoner y Cotoner, marqués de Méndejar; el secretario general de la casa real, Sabino Fernández Campo; el jefe del cuarto militar del Rey, el teniente general José Santos Peralba; el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez; cuatro directores generales, tres personas del servicio de telecomunicaciones que instalarán el servicio telefónico y el télex, un médico, un peluquero y unas 10 personas del equipo de seguridad. Además, viajarán 60 periodistas.
No es habitual que en los desplazamientos reales viajen en la comitiva oficial más de dos mujeres, además de la Reina; en esta ocasión lo harán las esposas del ministro de Asuntos Exteriores y la del marqués de Móndejar. Este avión, con una capacidad de 266 plazas, alcanza una velocidad media cercana a los 875 kilómetros por hora.
Complicidad y bromas
Los Reyes viajan normalmente con numeroso material de lectura, aunque acostumbran a trasladarse al lugar donde viaja el séquito para conversar durante el recorrido. El Rey, cuando la altura lo permite, desenfunda su máquina fotográfica para guardar recuerdo de los países que visita.
Personas que acostumbran a realizar viajes con los Reyes resaltan la capacidad de don Juan Carlos para conseguir la complicidad de todo su séquito a la hora de gastar bromas. En una ocasión consiguió ruborizar a un director general que después de haberse extraviado mientras localizaba a un compañero subió apresurado al avión, donde encontró a todo el mundo sentado y cariacontecido, antes de que con un aplauso quebraran su vergüenza por haber hecho esperar a sus majestades.
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