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El 'ala izquierda' del partido socialista

Felipe González se caracteriza por jugar muy fuerte en los congresos de su partido. En 1979 derrotó a los marxistas. En 1981 obtuvo el ciento por ciento de les votos, un resultado que le valió algunas críticas, pero también le sirvió para demostrar la unidad de su partido frente a la división de UCD. Y en 1984 logró que el PSOE aceptara la permanencia de España en la Alianza Atlántica, un año antes de repetir idéntica operación sobre el conjunto de la sociedad.Algunos socialistas creen q je, ante al próximo 31º congreso de su partido, Felipe González centra su estrategia en afirmar la actual política económica y en asegurar que los sindicatos actúen responsablemente, si no quieren ser culpables de una futura derrota electoral.

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González subordina los cambios en el Gobierno a la preparación del Congreso del PSOE.

Es el envite que Redondo no está dispuesto a aceptar. Las cosas no están maduras para una alianza de sectores descontentos con el Gobierno -sindicalistas, ciertos núcleos regionales- que permitiera a Redondo ganar un debate directo con Felipe González. En esa situación, el secretario general de UGT prefiere ser el ausente presente del Congreso socialista y enrocarse en la organización que mejor domina, que es la Unión General de Trabajadores.

Ni siquiera está confirmado que Redondo mantenga una clara voluntad- de enfrentarse a González. Quienes conocen bien al líder ugetista creen que se debate en un dilema: no quiere pasar a la historia -tiene ya 60 años- como el culpable de la desaparición de UGT, peligro que muchos sindicalistas veían cercano, en caso de que el sindicato hubiera continuado actuando de correa de transmisión del Gobierno.

Pero Nicolás Redondo también se siente angustiado con la posibilidad de convertirse en el hombre que rompió el PSOE, lo cual se le podría achacar en caso de una batalla política a fondo.

Formado en la tradición del socialismo vasco -históricamente más vinculado al moderado Indalecio Prieto que al radical Largo Caballero-, Nicolás Redondo parece indeciso sobre el papel político a desempeñar. Quienes más lo lamentan son los miembros de la corriente denominada Izquierda Socialista.

"¿Cómo puede existir un ala izquierda en el partido mientras se mantenga esta posición sindical?", se pregunta Antonio Santesmases, uno de los miembros de dicha corriente. "Parece como si todos, quisieran ser la línea oficial u otra cosa: al final, aquí no va a haber más que felipismo frente al sindicato".

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