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El 'caso Barschel' se complica al ser hallado muerto en su despacho un político de Schleswig-Holstein

El secretario de Estado del Ministerio del Interior del Estado federado alemán occidental de Schleswig-Holstein, Hans Joachim Knack, fue hallado ayer muerto en su despacho oficial en Kiel. Knack, de 65 años y miembro de la Unión Cristiana Democrática (CDU), debía comparecer próximamente ante la comisión parlamentaria que investiga el escándalo sobre los métodos sucios presuntamente utilizados por el presidente de Schleswig-Holstein, el democristiano Uwe Barschel, para desacreditar al candidato del Partido Socialdemócrata (SPD), Bjorn Engholm, ante las elecciones del pasado 13 de septiembre.

Knack era un testigo clave para determinar el alcance de la campaña sucia orquestada desde la presidencia. Llevaba diez años ocupando la secretaría de Estado en el ministerio. Tras revelarse les primeros datos sobre la campaña contra Engholin, Knack confirmó que el Gobierno del Estado tenía conocimiento de la existencia de una denuncia anónima contra el dirigente del SPD por evasión de impuestos, que demostró ser infundada, y del hecho de que Engholm había sido vigilado para buscar pruebas de su supuesta homosexualidad. Knack reconoció que el afectado no había sido informado.Barschel, que supuestamente organizó toda la campaña contra Engholm, tuvo que dimitir tras demostrarse que había mentido cuando aseguró ser totalmente ajeno a los hechos.

Semanas más tarde, el pasado 11 de octubre, apareció muerto, vestido, aunque sin zapatos, en Ia bañera llena de agua de su habitación en un hotel en Ginebra, Según la policía suiza, Barschel se suicidó con una sobredosis de medicamentos y dejó indicios falsos que hicieran sospechar un asesinato. La familia de Barschel rechazó la tesis del suicidio e insistió en que fue asesinado.

Ataque cardiaco

Según las primeras informacionse, Knack falleció ayer tarde por un infarto cardiaco agudo. Desde hace años padecía de insuficiencia cardiaca y portaba un marcapasos.Su muerte se produjo pocas horas después de que el SPD solicitara oficialmente su comparecencia ante la comisión parlamentaria que investiga el caso. La iniciativa de los socialdemócratas se debió a nuevas informaciones publicadas ayer por el semanario Der Spiegel, según las cuales, el candidato socialdemócrata Bjorn Engholm había sido vigilado ya en 1986 por detectives privados. Estos habían sido contratados por "medios de la política o la industria" aún no identificados.

Cuando realizaban la observación de la casa de Engholm en septiembre del pasado año fueron sorprendidos por la policía que los retuvo e identificó, por lo que se da por hecho que el ministerio del Interior de Kiel sabía que el líder socialdemócrata estaba sometido a vigilancia.

La comisión parlamentaria iba a interrogar a Knack al respecto para determinar si también se dio la complicidad del Ministerio del Interior.

Uno de los detectives citados por el semanario como vigilantes de Engholm, Stefan Rüdell, se suicidó el pasado 29 de octubre, según confirmó ayer la policía. Dejó una carta de despedida en la que se declaraba desesperado. Días antes había huido de la policía tras ser detenido por una estafa. Al huir, arrebató la pistola a un policía, arma con la que después se quitó la vida.

Con Knack, son por tanto ya tres las personas implicadas en el escándalo de Schleswig-Holstein que no podrán declarar ante la comisión, investigadora. Los intentos de la comisión parlamentaria de esclarecer unos hechos que demuestran un grave deterioro de la cultura política democrática en la república reciben así un nuevo revés.

Dos meses después de salir a la luz pública las primeras informaciones sobre una campaña de desinformación e intoxicación orquestada desde la presidencia del Estado de Schleswig-Holstein, nadie en la RFA se atreve ya a especular cual será la próxima noticia en relación con actos delictivos más propios de la Camorra napolitana que de la aparentemente cultivada clase política del norte de la RFA.

El mayor escándalo de la RFA

El caso Barschel se ha convertido ya en el mayor escándalo político de la historia de la RFA. "Muchos políticos que están alcanzando posiciones de poder en la RFA están interesados sólo en su carrera y tienen menos conciencia moral que sus predecesores", aseguró ayer el ex canciller socialdemócrata Helmut Schmidt al ser interrogado sobre el escándalo Barschel.Ayer, todas las fuerzas políticas parlamentarias del Estado federado de Schleswig-Holstein mostraron su consternación per la muerte de este funcionario, a quien todos reconocieron gran corrección y honradez.

El SPD lo calificó de "hombre respetado y reconocido por todos" y recordó que Knack intervino, cuando aún no se había hecho público el escándalo, para que Reiner Pfeiffer, un notorio intrigante contratado por Barschel para dirigir la campaña contra Engholm, pusiera fin a sus intentos de calumniar al partido de los Verdes con informaciones procedentes de los servicios secretos dependientes del ministerio del Interior de Kiel.

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