Vacunaciones, racionamiento y quema de cadáveres
Unas 1.000 personas acudieron ayer de forma voluntaria al hospital y al ambulatorio de Akira para ser vacunados, en prevención de posibles brotes epidémicos a consecuencia de la descomposición de los cadáveres de miles de animales ahogados a consecuencia de las inundaciones. En estos centros sanitarios no se formaron aglomeraciones, y fundamentalmente acudieron las personas con heridas leves producidas en las tareas de limpieza de sus casas.Mientras tanto, vecinos de las plantas bajas procedían a sacar a la calle los restos de muebles, electrodomésticos y otros enseres que han quedado inservibles. Muchas calles de Alzira eran ayer intransitables debido a la acumulación de deshechos embarrados. Empleados municipales trabajaron durante todo el día para quitar el barro de las calles, plazas y edificios públicos.
Las colas para solicitar el racionamiento alimenticio fueron menores que el pasado domingo. Para hoy, los dos puntos de distribución de alimentos serán ampliados a cinco. Entre algunos vecinos se notaba indignación por el escaso contenido de las bolsas de racionamiento. Una botella de agua, otra de leche, una lata de paté, un tarro de alubias, una barra de pan duro y una bolsa con dulce de membrillo era la cantidad de comida que se repartía a una familia de cuatro personas.
Además, se entregaban raciones especiales para las familias con niños de corta edad.
Los cadáveres de animales fueron enterrados en cal viva en la partida del Portijol, entre Alzira y Tavernes de la Valldigna. Alrededor de 30.000 pollos de las industrias de Luis Suñer fueron enterrados, junto con unos 100 perros, centenares de cerdos, y otros animales.
Algunos comercios abrieron ayer sus puertas al público, pero la gran mayoría de establecimientos tardará varias semanas en reiniciar sus actividades, ya que deberá renovar su material.
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