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Tribuna:EL DEBATE ANTE EL IV CONGRESO DE COMISIONES OBRERAS
Tribuna
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El sindicalismo de clase y la pluralidad interna

El próximo congreso de Comisiones Obreras tiene ante sí el reto de transformar el sindicato a la nueva situación política y económica. El modelo de concertación social llevado a cabo en estos años ha concluido su vigencia, según el autor, para quien se debe avanzar nosólo organizativamente, sino ante los nuevos planteamientos de las formas de trabajo surgidas tras la crisis económica.

Vamos a celebrar el IV Congreso de CC OO en un contexto de crisis económica estructural del capitalismo, que en España, desde el Gobierno del PSOE, se aborda desde una visión liberal-conservadora, tendente a propiciar la recomposición capitalista y que tiene en lo social efectos profundamente negativos para los trabajadores.Es así que en estos últimos cinco años el nivel de protección social ha empeorado y existe mayor desigualdad social; se han reducido escandalosamente los gastos sociales y la inversión pública; paralelamente han aumentado vertiginosamente los gastos militares, como consecuencia directa de la entrada de España en la OTAN; se ha incumplido el AES, en materia de cobertura a los parados (quizá lo único positivo de este pacto), llegando a cubrir hasta el 29,15% de los parados. Lo cual significa que más de 200.000 parados no tienen ningún tipo de subsidio. Se han reducido las pensiones (el 90% son inferiores al SMI) y el gasto de la Seguridad Social respecto al PIB ha sido congelado en estos cinco últimos años.

La precariedad en el empleo ha traído consigo el empeoramiento en las condiciones de trabajo y el aumento de la siniestrabilidad laboral; al mismo tiempo, en un país con ocho millones de pobres, que tienen ingresos de menos de 15.000 pesetas al mes y donde la economía sumergida y el subempleo cuentan con la inhibición de la Administración, se anuncian nuevas y dolorosas medidas regresivas, que se ven reafirmadas en el proyecto de Presupuestos para 1988.

Superar la concertación

La CEOE y el Gobierno González nos quieren modernizar las medidas de flexibilidad laboral recogidas en el documento elaborado por la Administración, popularmente conocido como las 27 medidas flexibilizadas; se pretende igualmente continuar con la reconversión salvaje, que pondrá en peligro en esta segunda fase más de 70.000 empleos en bienes de equipo, aceros comunes, siderurgia integral, minería, etcétera.Podríamos seguir enumerando lo negativo en lo económico-social de la política del Gobierno, pero evidentemente tendría falta de espacio; solamente, a modo de conclusión, que a este Gobierno, de derechas en lo político y totalizante en las formas, le sobran para aplicar las teorías capitalistas modernas (más de un siglo de antigüedad) le estorban los sindicatos de clase, y para ello, además de legislar en materia laboral, se le dificulta su acción vendiendo ante la sociedad lo corporativo e insolidario de éstos y pensando recortar un margen de maniobra imponiendo un ley antihuelga que impide en la práctica la utilización de un precepto constitucional.

Es en este contexto en el que en CC OO vamos a realizar un balance de nuestro trabajo, de nuestras insuficiencias y de nuestro comportamiento en temas tales como la concertación.

La diferencia de España en el proceso de pactos con otras vividas en otros países europeos es que mientras en Francia (diciembre de 1968) o Italia (enero de 1970) fueron acuerdos puntuales sin continuidad en años posteriores y tenían como objetivo dar respuestas concretas a problemas específicos derivados de la crisis, en España fueron pactos políticos que, insertados en la teoría de la razón de Estado, se entendían como elementos imprescindibles para avanzar en la consolidación de la democracia, en proceso de transición política que todos conocemos. Evidentemente esta actitud de los sindicatos contrasta con actitudes de la patronal y de la derecha, que entendieron estos pactos como instrumentos en favor de sus intereses y como forma que les permitiera conseguir la hegemonía política en la transición política española.

Por tanto, "no ha habido una política derivada de la concertación, sino, al revés, la política se ha diseñado primero y la negociación sindical ha venido después o en el mejor de los casos simultáneamente a respaldarla". Esta conclusión que literalmente se recoge en las ponencias de nuestro congreso, plantea la inutilidad de continuar en un modelo de negociación llevado a cabo por y para una transición democrática ya conclusa. Si a esto le añadimos que en lo referente al empleo los pactos en España han resultado un rotundo fracaso y que se consolidó la idea de la negociación de concesiones, llegando a la conclusión de que es esencial pasar a la negociación de alternativas, de lo cual se desprende nuestra actitud de las formas-fondo sobre el modelo de negociación bipartito o tripartito que debía llevarse a cabo con el Gobierno y patronal en las reuniones tenidas en el pasado mes de septiembre.

Adecuar el sindicato

Igualmente, CC OO, en este su IV Congreso, tiene que adecuar el sindicato y sus formas organizativas a la realidad española, que ha sufrido mutaciones en el período comprendido entre el III y IV congresos. No se trata, como maniqueamente se ha expresado, modernizar y socialdemocratizar el sindicato, sino más bien al contrario, desde un sindicalismo de clase, sociopolítico, independiente, reivindicativo y pluralista, abordar fenómenos o bien nuevos o que cobran hoy una amplitud mayor que hace tres años y medio.Cómo aumentar el poder cotractual de los sindicatos, qué posición debe tomar CC OO ante la economía social o trabajo asociado, que en estos años, ante la dificultad de encontrar ocupación, ha proliferado con diversas formas (cooperativas y SALES), en esta disyuntiva los trabajadores optan o bien por crear su puesto de trabajo o, en situaciones extremas, gestionar directamente la empresa. El sindicato no puede inhibirse ante estos fenómenos.

El subempleo y la economía sumergida, que según la CEOE y el Gobierno del PSOE son fruto de las rigideces y paternalismo que la legislación vigente impone y que desde un análisis sindical se trata de encubrir una relación laboral (autónomos) o de propiciar al máximo beneficios, mediante una situación de fraude al Estado y a los propios trabajadores, pagándoles menos de lo estipulado por la ley, y recortando o impidiendo los derechos laborales.

Los sindicatos y CC OO lo planteamos en nuestras ponencias confederales, debemos extender la acción sindical hacia esos trabajadores, ya que entendemos que sindicalizar la economía sumergida es hacerla emerger, y en tal sentido proponemos, impulsar con todas las fuerzas sociales un acuerdo tripartito global, que posteriormente tendría que descentralizarse en comisiones a todos los niveles, para buscar medidas destinadas a detectar, cuantificar y controlar la economía sumergida y, en una fase ulterior, medidas de política económica cara a la emersión. Estas propuestas no son particulares, sino que forman parte de las alternativas plasmadas en los documentos confederales cara a nuestro próximo congreso.

La reflexión sindical sobre las nuevas tecnologías, la productividad y la organización de los parados y el asesoramiento jurídico y sindical que debe prestárseles, la organización específica de los TPC, colectivo que, fruto de la revolución científica, adquiere cotas de masificación, y el trabajo sindical hacia colectivos como las mujeres y los jóvenes que encuentran mayores dificultades en su incorporación al mercado de trabajo, y la necesidad de un trabajo sindical específico, para luchar por el derecho al empleo y equiparación real de condiciones laborales.

Como conclusión, se trata de celebrar un congreso que dote al sindicalismo de una "iniciativa sindical por el empleo, el salario y el bienestar social" y que a su vez refuerce el sindicalismo de clase, socio-político, independiente, de masas, asambleario y pluralista.

Desde el respeto de la mayoría a la minoría y de la minoría a la mayoría, comprendiendo que la democracia interna y la pluralidad deben de ser profundizadas en el respeto a las posiciones de cada uno, sabiendo que en CC OO no sobra nadie y cabemos todos, desde la izquierda hasta posiciones socialdemócratas que ya en grandes ocasiones (huelga general del 20 de junio, Estatuto de los Trabajadores, Acuerdo Marco Interconfederal, etcétera) se han manifestado y que en cualquier caso en un proceso congresual tan democrático o más que los anteriores, son los afiliados y delegados los que quitan y ponen a sus representantes, dejándoles siempre que ejerciten ese derecho; no dejarles ejercer su papel es una manera en la práctica de lijar la democracia sindical, y esa ni es la voluntad ni la práctica de la inmensa mayoría de los cuadros de nuestra confederación.

Tensiones normales

Por otra parte, conviene desdramatizar lo que pasa en CC OO, ya que en las semanas próximas a todo congreso, tanto de sindicato, partido o entidad social y ciudadana, las tensiones afloran, ya que, además de la política en general, también se discuten los ajustes orgánicos a que haya lugar, lo cual siempre produce un nerviosismo comprensible, y se tiende desde el subjetivismo de cada uno a ver una situación en la cual cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Ángel Campos es responsable de Acción Sindical de Madrid región y miembro del Secretariado Confederal de CC OO.

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