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Crítica:'ENTRE TINIEBLAS'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tinieblas despejadas

Emitidos ya sus dos primeros largometrajes, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y Laberinto de pasiones, TVE da a conocer hoy la tercera película de Pedro Almodóvar, la -cómo no- inclasificable Entre tinieblas, película con la que empezamos a darnos cuenta de que el realizador podía ser algo más que un mecenas de los late show, un padre espiritual del desaliño y la movida del momento, para llegar a ser -como ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Matador y La ley del deseo han confirmado- uno de los mejores autores del panorama cinematográfico español de hoy.Entre tinieblas, aparte de despejar las incógnitas que sobre su personalidad cinematográfica habían creado sus filmes precedentes, es todavía una obra a ratos verde. Su reto, una vez más, es hermanar, a través de la loca historia conventual de las redentoras humilladas, el bolero con Douglas Sirk, dejando bien claro por el camino que el centro emisor de imágenes trabaja en frecuencia underground, amén de desbrozar por el medio estampitas nada religiosas sobre la sociedad y la cultura -contracultura, mejor- de nuestros días.

Vestir de terciopelo la carne nocturna del cuero y la chapa ha sido el gran mérito de las ya hoy reconocibles iconografías almodovarianas, siendo Entre tinieblas el filme-puente que encadenó sus inicios deshilachados -aunque de una frescura envidiable- con su cine sólido último. En cualquier caso, haber llegado a una elegancia visual digna de Hichtcock -porque Almodóvar sabe planificar muy bien- y al alcance pasional de un Sirk -porque es el melodrama el blanco principal de sus tiros- no es moco de pavo. Y en Entre tinieblas es donde se cuece esa impronta de una filmografia en alza.

Hermanos valientes

Completa la programación de TVE un grato filme de amor y aventuras, Todos los hermanos eran valientes, tercera adaptación por la Metro (las otras dos, mudas, son Irvin Willat y William Night, ésta con Joan Crawford y Ramon Novarro de protagonistas) de una novela de Ben Ames Williams. La puesta en escena corrió esta vez a cargo del siempre sólido Richard Thorpe, la interpretaron los más bien estólidos Stewart Granger y Robert Taylor y la bastante cursi Ann Blyth, compuso la partitura el gran MikIos Rozsa y, sometida a unos colores irreales per hermosos, se nos narró con gracia una trivial historia de honor en la sangre, codicia, amor disputado y gallardía. Todo al son de las olas del Pacífico. De buena especie.Entre tinieblas se emite esta noche, a las 0.50, en TVE-1.

Todos los hermanos eran valientes está programada, a las 16.00, en TVE-1.

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