El PSOE de Ibiza apoya a su dirección en la polémica sobre Benegas

La asamblea general de la Unió Socialista Pitiüsa (USP-PSOE) acordó en la madrugada del domingo reafirmar las declaraciones de su secretario general, Antoni Costa, frente a los desmentidos del Gobierno, sobre la polémica creada en torno al comportamiento del secretario federal de Organización del partido, Txiqui Benegas, en el asunto de la discoteca Ku. El acuerdo fue tomado por unanimidad, según fuentes del partido.Antoni Costa había señalado el pasado viernes que la información sobre la solicitud de expediente a Benegas publicada por este diario era correcta: "No voy a negar la corrección de esa información, hay actas en el partido", afirmó. Por su parte, el secretario general de la Oficina del Portavoz del Gobierno, Santiago Varela, desmintió a continuación que el Ministerio del Interior hubiera intervenido a favor de la reapertura de la discoteca. Esa afirmación contrastaba con la documentación producida en 1985 por la USP-PSOE (EL PAIS, 25-X-1987).

La asamblea general de la USP-PSOE acordó también manifestar un decidido apoyo a todos los miembros de su dirección, evitando cualquier tipo de dimisión. A la pregunta inicial de quién había informado a la Prensa de los distintos aspectos del conflicto, un caracterizado miembro de la dirección manifestó: "Fuenteovejuna", según informaron fuentes de los asistentes.

Matutes, satisfecho

Por otra parte, el comisario europeo Abel Matutes, de quien Pablo Castellando dijo inicialmente que compartía negocios con Benegas, para matizarlo más tarde, afirmó el sábado en Palma de Mallorca: "Este incidente no me perjudica, sino que es bueno para mí, porque supone una ocasión de demostrar que la honradez y la serenidad no sólo se me puede suponer sino que la tengo probada, incluso en una situación kafkiana como ésta".El vicepresidente nacional de AP insistió en que su familia vendió hace más de un año la finca que poseía en Formentera y en relación con la cual se le han atribuido relaciones de negocios con Txiki Benegas.

Abel Matutes señaló que la venta se produjo a un precio inferior del valor del terreno debido a la oposición, a su juicio "poco razonable e ilegal" del ayuntamiento de Formentera para permitir la construcción de una urbanización en un suelo que legalmente era urbanizable".