El pacto político contra el terrorismo da sus últimos pasos

La ronda de conversaciones del presidente del Gobierno, Felipe González, con los líderes de las fuerzas políticas estatales y nacionalistas vascas, que finalizará el lunes con la visita a la Moncloa de Carlos Garaikoetxea, líder de Eusko Alkartasuna (EA), está dando en estos momentos sus últimos pasos para llegar, próximamente, a un acuerdo entre todos ellos que refrende la estrategia política elaborada por el Parlamento vasco para erradicar la violencia terrorista.

El acuerdo, que probablemente no se plasmará en ningún documento escrito, pero que puede quedar simbolizado en una fotografía de todos los dirigentes en la Moncloa, asumirá, implícitamente, la reinserción de los etarras, implicados en delitos de sangre y la sustitución progresiva en el territorio vasco de las Fuerzas de Seguridad del Estado por los efectivos de la Ertzaintza (policía autonómica).

El propósito de González al mantener conversaciones con las fuerzas nacionalistas vascas parece haber sido, entre otros, el de asegurar que el contenido del pacto entre los partidos que acuden al Parlamento vasco fuese asumible tanto por los socialistas como por los grupos del centroderecha estatal. Una actitud que indica, además, que el presidente del Gobierno comparte el criterio de conceder prioridad a la consecución de un acuerdo en el Parlamento vasco. Acuerdo que, según el punto de vista unánime en estos momentos, debe abarcar también al PSOE, Coalición Popular y CDS, y del que no se excluye definitivamente a HB.

Alguno de los interlocutores de González ha salido de la Moncloa incluso con la sensación de que el Gobierno mantiene en estos momentos contactos con ETA.

Por otro lado, la policía desarticuló ayer en Guipúzcoa el comando Aitzkora (Hacha), de ETA Militar, y detuvo a cinco personas acusadas de formar parte o de colaborar con el mismo. A los detenidos se les ocupó abundante armamento y material explosivo. La organización terrorista ha hecho público un comunicado, reproducido ayer por el diario Egin, en el que descarta actuar en territorio francés y se atribuye "un inequívoco talante negociador".

Páginas 14 y 15