En los mercados españoles no se ve el fin de la crisis

La reacción de los mercados de valores ante el recrudecimiento de los acontecimientos en el golfo Pérsico demuestra, frente a la opinión de destacadas personalidades, que la crisis de las bolsas está lejos de terminar. Los inversores se han encontrado con una situación que escapa a cualquiera de los análisis a los que están acostumbrados, por lo que su reacción se encuentra, al menos en parte, justificada. Otra cosa es la falta de confianza en un mercado que ellos mismos han llevado al lugar en que estaba hasta hace unos días.

Resulta extremadamente dificil conocer el montante de especulación que le sobra al mercado, es decir, dónde deben situarse las cotizaciones para que los inversores decidan que, pase lo que pase, es interesante mantener unos títulos en cartera. Una de las normas de la actuación en el mercado es la selectividad, traducida en la máxima: "no deben ponerse todos los huevos en la misma cesta", y este criterio se encuentra ausente en el actual proceso vendedor.

Las situaciones en las que el pánico influye decisivamente adquieren un carácter generalizador que es poco comprensible si se piensa que los operadores conocen suficientemente el mercado como para no caer en actuaciones irreversibles. El pequeño inversor/especulador sí que se deja llevar por la inercia general, pero es casi seguro que estos momentos pueden ser aprovechados por los conocedores para sacar algún beneficio adicional.

Los mercados españoles han perdido esta semana un 12,26% de su valor, que unido a las bajas de la semana anterior supone ya casi un 20%. Es muy posible que aún no sea suficiente, pero es seguro que hay sociedades que han visto caer sus precios sin necesidad.

Uno de los aspectos que más van a afectar a los mercados en el futuro inmediato es el de las ampliaciones de capital. El nivel que ha alcanzado la cotización de rnuchos valores ha puesto en peligro los desdobles planeados para este final de año aprovechando el buen momento que vivía el mercado y la última oportunidad de desgravar que ofrece Hacienda, es decir, la financiación de algunas; sociedades se, va a tener que retardar, en el mejor de los casos.