Ardanza, a favor de una fórmula para la reinserción de los terroristas con delitos de sangre

El lehendakari, José Antonio Ardanza, se mostró ayer partidario de encontrar una fórmula para la reinserción social de los etarras, inclinso de aquellos con delitos de sangre, si bien condicionó las posibles medidas de grcia en este sentido a que esté plenamente garantizada la paz en el País Vasco. Tras a conversación de tres horas y media con el presidente del Gobierno, Felipe González, en la Moncloa, Ardanza afirmó que aquél no pone objeciones a un repliegue de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Euskadi. A diferencia del lehendakari el líder de Euskadiko Ezkerra, Juan María Bandrés, defendió al término de su entrevista con González que el terrorismo no es una manifestación del problema vasco, sino una de sus causas, actualmente.

Sobre la reinserción social de los miembros de ETA, el lehendakari afirmó textualmente en conferencia de prensa: "Al final, una vez que se garantice la paz, también a los que tengan delitos de sangre habrá que aplicarles alguna fórmula de reinserción. No me atrevo a decir cuál ni en qué tiempo. Pero lo que pienso es que mientras haya gente en la cárcel existirá, una retracción en la situación política".La larga y distendida conversación", como la calificó Ardanza, sirvió para que los máximos responsables del Gobierno de la nación y del de Euskadi desbrozasen, al parecer, el camino hacia un acuerdo tanto en cuestiones presupuestarias como en aspectos del desarrollo del Estatuto y frente al terrorismo.

Ardanza dijo que el presidente del Gobierno no había puesto objeciones a la propuesta aprobada el pasado día 16 por el Parlamento vasco que encarga al Ejecutivo autónomo planear, en los dos próximos meses, un mayor despliegue de la Ertzaintza (pcilicía autonómica) en la comunidad, al tiempo que se insta al Gobierno de la nación a replegar, paralelamente, las Fuerzas de Seguridad del Estado.

El lehendakari admitió que quizá se produzcan discrepancia, para concretar la cooperación institucional entre el País Vasco y Navarra, pero resaltó el acuerdo con el PSOE para establecer un órgano permanente de relación entre las dos comunidades así como posobles convenios en materia cultural y económica.

Aunque con cautela, Ardanza resaltó su confianza en conseguir un acuerdo casi unánime entre los partidos vascos que suponga un avance respecto al ya alcanzar lo en el Parlamento autonómico en marzo de 1985. A pesar de que afirmó que no sabe "por dónde se puede producir ese avance, porque depende de que cada partido esté dispuesto a no ver colmada al cien por cien sus aspiraciones", subrayó que "no está sobre la mesa el tema de la autodeterminación". "Yo puse como condición", recordó Ardanza, "el respeto al marco que establece el Estatuto de autonomía y todos los partidos lo han aceptado".

Acuerdo por unanimidad

Durante la entrevista, Felipe González le mostró, al parecer, su disposición a aceptar el acuerdo que resulte de las conversaciones entre las fuerzas parlamentarias vascas, siempre que dicho pacto sea casi unánime. Fuentes gubernamentales descartaron que González convoque a la Moncloa a HB, mientras que es muy probable una próxima entrevista del presidente con Carlos Garaicoetxea, líder de Eusko Alkartasuna.

José Antonio Ardanza reconoció que existe en el seno de HB un debate interno que puede desembocar en actitudes más favorables a la aceptación exclusiva de los cauces institucionales para luchar por sus objetivos políticos, si bien subrayó la necesidad de "no zaherir" ese proceso interno. "Ójala se incorpore Herri Batasuna al acuerdo [para la erradicación de la violencia en Euskadi]", declaró, "pero si no es así, yo ya les he advertido que continuaremos adelante sin ellos o a pesar de ellos".

El presidente del Gobierno vasco defendió que mientras "no se aborde a fondo la demanda de autogobierno en Euskadi difícilmente se resolverá el problema de HB o el de ETA".

Juan María Bandrés, que se entrevistó a primera hora de la noche con Felipe González, ofreció una interpretación muy diferente de la situación en el País Vasco y aseguró que es el terrorismo el que está dificultando desde hace tiempo el desarrollo del autogobierno.

Adverso a mezclar las reivindicaciones autonomistas con la política contra el terrorismo y satisfecho con la próxima derogación de la Ley Antiterrorista, reclamada por Euskadiko Ezkerra desde que fue aprobada, Bandrés comentó respecto a la reinserción de los terroristas con delitos de sangre: "Yo creo que hacen falta enormes dosis de generosidad. Creo que, a su ritmo, puede solucionarse todo".