Beso inocente
Me dirijo a usted para exponerle el siguiente caso: el último domingo fui con mi novio a visitar el Museo Municipal de Madrid (a propósito, nos gustó mucho). Cuando nos encontrábamos en una de las salas, mi novio se acercó para decirme que nos debíamos ir pronto y me dio un beso; en ese momento abrió los ojos un bedel que estaba sentado durmiendo, y nos dijo que eso era un museo, que, si queríamos besarnos, nos fuésemos a la Casa de Campo, además de no dejar de acosarnos hasta que nos fuimos. Realmente nos quedamos sorprendidos. ¿Cómo es posible reaccionar así ante algo tan inocente?- .
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