El malestar vasco

Para muchos franceses el País Vasco no existía realmente hace veinte años. Algunos sabían que allí se hablaba una lengua que intrigaba, no un simple dialecto, sino una verdadera lengua que apasiona a los lingüistas porque es preindoeuropea. También se sabía que los vascos, pueblo de emigrantes, habían marchado a la conquista de nuevas tierras. Habían ido a Argentina, Estados Unidos, Venezuela, que tuvo varios presidentes de origen vasco; Chile, Colombia o México. Se sabía en fin que, perseguidos por la dictadura franquista, los militantes de la causa vasca combatían con un valor legendario para preservar la identidad de su país. Un país económicamente poderoso, Bilbao, Pamplona y San Sebastián eran los faros de la industria española.En Francia los vascos se asimilaban. Por supuesto que existía una identidad vasca que se agrupaba en torno a la lengua, las tradiciones y la historia, pero sin verdadera expresión política. Al otro lado de los Pirineos la llegada de la democracia, el advenimiento del rey Juan Carlos, la concesión del estatuto de autonomía, no han puesto fin a la guerra sucia. Nunca ha habido tantos muertos desde el fin del franquismo. Para los españoles la operación francesa del 3 de octubre ha simbolizado el paso decisivo en la cooperación antiterrorista. El Estado francés acaba de dar una primera respuesta dando a entender que el terrorismo conducía a un callejón sin salida.

18 de octubre