Dispuestos a aprovechar la ocasión
R C., A Douglass McMinn le habían hablado mucho de España. Cuando el embajador Reginald Bartholomew se pasaba por Washington les contaba a los hombres de la Secretaría de Estado lo que sucedía detrás de los Pirineos. "Nuestro embajador se mostraba entusiasmado con los progresos económicos españoles, con el cambio estructural". Y un buen día el subsecretario de Estado para Asuntos Económicos le dijo a Reginald Bartholomew: "Me gustaría verlo con mis propios ojos".
Aprovechando un viaje a Europa, para preparar con los altos oficiales comunitarios la próxima reunión ministerial entre la Comunidad y Estados Unidos, Douglass McMinn visitó Madrid. Y en un solo día en tierra hispana, este alto funcionario norteamericano se apasionó "con el dinamismo y el optimismo español, con lo que está sucediendo en términos económicos".
Este norteamericano grandón, amante de las leyes del mercado, cree que España va por el buen camino, "porque está haciendo lo necesario, está abriendo sus puertas a la inversión extranjera y preparándose para que sus estructuras sean más competitivas".
La apertura
Durante su breve estancia ha visto algún problema que otro, pero eso no empequeñece su fervor. "Ustedes tienen problemas, por supuesto, pero están haciendo tantas cosas bien, fomentar el crecimiento, reducir la inflación..." Y si todo sigue así, dice, "en el futuro España tendrá un papel importante en el proceso internacional de toma de decisiones".
El subsecretario de Estado norteamericano está convencido de que los dineros extranjeros van a ser como agua bendita para las arcas hispanas: "La inversión del exterior va a ayudar a este país a crecer". Y admite que, a pesar de lo bien que pinta el panorama, "Ia inversión norteamericana aquí ha crecido a un ritmo muy lento". Pero cuando vuelva a Washington, asegura, "Ies voy a decir a mis amigos americanos que en España hay muchas oportunidades y que tenemos que aprovecharlas".
